Los directores y editores de los diarios El País, The New York Times, The Guardian, Le Monde y Der Spiegel que en 2012 publicaron información sobre los cables de Wikileaks pidieron “en una carta abierta al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, cesar la “persecusión” contra Julian Assange”, informó el diario español en su edición impresa de hoy.
Agregaron que el caso del editor de Wikileaks amenaza con “socavar la libertad de expresión”.
En tanto, Pen America aseveró “la administración Biden debe volver a sus principios declarados y retirar estos cargos (contra Assange), en interés de la libertad de prensa y la posición global de Estados Unidos respecto de los derechos humanos”, tuiteó Wikileaks.
En otro tuit, la plataforma recordó: “el lunes 28 de noviembre es el 12 aniversario del comienzo de la publicación trascendental Cablegate” y advirtió que Assange enfrenta “una sentencia de 175 años si es extraditado por informar verazmente”.
Assange está encerrado en una cárcel de máxima seguridad británica desde su arresto en la embajada de Ecuador en Londres en abril de 2019, a la espera de que la justicia se pronuncie sobre la apelación presentada por sus abogados contra la orden de extradición cursada en julio.
El australiano, de 51 años, está investigado en Estados Unidos por haber publicado en 2010 más de 700 mil documentos confidenciales sobre las actividades del ejército estadunidense, sobre todo en Irak y Afganistán, en Wikileaks.
De ser extraditado a Estados Unidos podría ser condenado a 175 años de cárcel, ya que enfrenta 17 cargos relacionados con supuestas violaciones de la ley de espionaje.
El 18 de enero de 2011, Wikileaks entregó a un integrante del equipo de La Jornada en Londres, a quien le confió una memoria USB con miles de cables diplomáticos provenientes de la Secretaría de Estado estadunidense.
Semanas después de haber difundido los documentos secretos, Wikileaks consideró que las publicaciones europeas y estadunidenses a las que cedió la información ignoraron las condiciones que Sunshine Press, razón social del portal, exigió para difundirla: cada nota publicada sobre el material clasificado debía hacer referencia a los documentos en los que se basaba, y éstos serían reproducidos en el portal de Wikileaks. Los nombres de personas inocentes mencionadas en los cables debían protegerse y no divulgarse bajo ningún motivo.
Ante esta situación, Wikileaks decidió entregar la información que aún tenía, separada por países, a medios independientes. El primero en recibirla fue La Jornada.