Tijuana, BC., El juez de control preguntó al taxista Juan Manuel de Mateo Uribe si tenía algo que decir sobre la desaparición forzada de la estudiante Diana Laura Piggeonountt Gómez, de la que se le encontró culpable, y el hombre de overol naranja no alegó inocencia, se concretó a pedir en voz baja que le dieran la pena “mínima” y se quejó de falta de atención medica por su infección en la garganta y sus “granos en la cabeza”.
El juez condenó el viernes a Juan Manuel, a 56 años y seis meses de cárcel por la desaparición forzada-agravada de Diana Laura.
También deberá pagar un total de 725 mil 400 pesos mexicanos como reparación a la familia de la joven de 15 años, quien fue vista por última vez al salir de la preparatoria el 8 de junio de 2018 y aunque hay un culpable de su desaparición –el taxista que la enamoró y al parecer embarazó– no se sabe cuál es su paradero.
En la sala número uno de la sede del Poder Judicial del estado, alegaban la fiscalía y la defensa. La primera pidió 75 años de cárcel para el hombre de 26 años que “desapareció –según la sentencia– a una menor de 15 años”, de la cuál además se niega a revelar el paradero. La defensa reviró a la fiscalía que es un “chivo expiatorio” porque no ha podido localizar a Diana y tiene encima la presión social.
La ausencia de la estudiante de la preparatoria Lázaro Cárdenas –la más popular de la ciudad de Tijuana, muy socorrida por la clase media–, conmovió a la opinión pública.
Desde hace cuatro años, cinco meses y 19 días Diana está desaparecida y a lo largo del juicio se demostró que Juan Manuel fue la última persona que la vio con vida, tanto que usó su celular como repuesto cuando se le terminó la batería al suyo.
La policía cibernética pudo verificar que tuvieron comunicación intensa los 15 días previos a su desaparición, aunque él intento negarlo. Dos testigos acudieron a la cita del jueves. Uno de los declarantes relató el daño que ha ocasionado a la familia de Piggeonountt no saber de Diana; señaló que Manuel se niega a decir dónde está, porque es el único que sabe dónde encontrarla y “podría dar paz” a la familia ¿Dónde está Diana? Reclamó frente al culpable. “Es cruel”, agregó, “tiene el corazón podrido” porque no quiere decir dónde está.
El testigo dos narró cómo supo que Juan Manuel tenía una relación sentimental con Diana desde que iban a terminar segundo de secundaria, cómo escaló la relación hasta que dos semanas antes de desaparecer, ya con 15 años, dijo que la joven le comentó que había tenido relaciones sexuales con el hombre 11 años mayor que ella, quien le dio una “pastilla del día siguiente” pero “no le bajaba”.
El taxista la enamoró en los múltiples viajes a su casa. Diana usaba ese transporte colectivo que abordaba en el centro de la ciudad, en una parada de colectivos de la calle primera.
La defensa de Manuel trató de desacreditar a los testigos y a la familia de la víctima reclamando que “jamás hicieron una señal (pública) de dolor”; que la fiscalía no presentó peritajes que lo acrediten, tampoco dictámenes sobre daño sicológico, como si lo que se estuviera juzgando fuera el dolor de la familia.