Desde hace casi cuatro décadas las mujeres llegaron a trabajar al Heroico Cuerpos de Bomberos, pero sus labores se reducían a secretarias o radioperadoras, pues era impensable que apagaran algún incendio, atendieran choques vehiculares o participaran en algún rescate.
Desde 2013, después de una huelga, ellas lograron ser incluidas como operativas, pero hasta la fecha son dirigidas por un hombre, situación que se espera cambiar con una convocatoria a cursos de capacitación para integrarse a la primera generación de mujeres líderes de célula o grupos de trabajo.
En entrevista con este diario, Elizabeth Marroquín Estudillo, de 59 años, perteneciente a la primera generación de bomberas, dijo que “aún hay resistencia de algunos compañeros, pero ya son los menos”, en aceptar a trabajar codo a codo con una mujer, y aunque hay ciertas limitantes físicas, “más vale maña que fuerza, por lo que no importa el género para desempeñar este oficio”.
Coordinadora de radioperadoras en el C5, donde a diario canalizan 100 llamadas de emergencias que llegan por el 911 y Locatel, explicó que estar al frente de una célula no requiere de un mayor esfuerzo físico, sino de conocimiento.
“El jefe que va a mando, desde que empieza a ver el humo, se hace una idea de lo que está generando el incendio, por su color y densidad, y desde ese momento va ordenando qué tipo de equipo se tiene que bajar, cuál es la estrategia que se va a utilizar para apagar el fuego, cómo se debe entrar y hasta qué tipo de chorro de agua usará; todo eso es lo que se debe aprender”.
Consideró que las nuevas generaciones deben aprovechar que comenzaron a abrirse puertas, que permanecieron cerradas por mucho tiempo. “Aun siendo operativas, a los incendios, por ejemplo, no nos dejaban entrar; en el sismo del 85 nos permitieron acudir al rescate de personas, pero después regresamos a nuestras actividades normales”.
La convocatoria está abierta para las 208 mujeres bomberas que serán capacitadas en temas operativos, administrativos y jurídicos.