Las mujeres no sólo enfrentan la violencia de género, la falta de condiciones de equidad en el empleo, la salud y la educación, también son invisibilizadas en el combate a las adicciones. A ello se suma que las mujeres y las niñas corren más riesgo de ser asesinadas en el hogar, pues en promedio, más de cinco son privadas de la vida cada hora por miembros de su familia o parejas.
Datos de ONU-Mujeres y la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc) señalan que pese que 40 por ciento de las personas que consumen estimulantes de tipo anfetamínico y fármacos estimulantes, opioides, sedantes y tranquilizantes son mujeres, sólo una de cada cinco recibe tratamiento por trastornos de consumo.
Por lo que respecta a la violencia, el informe señala que mientras más de 56 por ciento de las muertes violentas de niñas y mujeres ocurren en espacios que deberían ser seguros, como sus hogares, sólo 11 por ciento de todos los homicidios de varones se dan en la esfera privada.
En el caso de niños y adolescentes, Naciones Unidas alerta que está creciendo el consumo de cannabis, pues 5.8 por ciento de los menores de 15 y 16 años la han probado al menos una vez. Agrega que los jóvenes “suelen declarar un nivel de consumo de drogas superior al de los adultos, y en muchos países los rangos de consumo de drogas en los adolescentes son hoy en día más elevados que en las generaciones anteriores”.
Los organismos multinacionales advierten que es necesario establecer sistemas nacionales de prevención del consumo de drogas dirigidos a los niños en las primeras etapas de su desarrollo, lo antes posible, y dedicar especial atención al fortalecimiento de la resiliencia.
En el caso de las mujeres, señala que los trastornos por consumo de drogas tienden a aparecer con mayor rapidez que en los hombres. Sin embargo, reconoce que la brecha de género en lo que respecta al tratamiento “sigue siendo un problema de escala mundial que reviste especial gravedad en el caso de las mujeres que consumen estimulantes de tipo anfetamínico”.
A ello se suma que el cannabis, la droga más consumida en el mundo, si bien mantiene un mayor número de usuarios hombres, “la brecha entre los géneros se va estrechando, en particular en América del Norte, donde el nivel de consumo es especialmente elevado”.
Frente a esta realidad, ONU-Mujeres y Unodc propone “ampliar la disponibilidad de servicios de tratamiento del consumo de drogas y de prevención, tratamiento y atención del VIH que tengan en cuenta el género, y velar por que las mujeres que tratan de acceder a esos servicios se sientan bien recibidas.
Además, destaca se deben ofrecer intervenciones que “garanticen que las mujeres están y se sienten seguras y libres de estigmas, pueden ejercer sus responsabilidades del cuidado de los hijos y cuentan con apoyo para atender otras necesidades sociales, económicas o jurídicas”.