Ciudad de México. Las autoridades mexicanas seguirán dando prioridad a la estabilidad macroeconómica el próximo año, “pues en la política monetaria y fiscal seguirán siendo prudentes”, lo anterior pese a que México se dirige a una importante desaceleración económica en 2023, prevé Gabriela Soni, directora de estrategias de inversión de UBS México.
Durante la presentación de sus expectativas económicas para 2023, la especialista sostuvo que la economía de México podría crecer 0.5 por ciento en 2023, luego de un avance cercano a 2.0 por ciento para este 2022.
“Ante tasas elevadas, que implican mayores costos de financiamiento para los países, y por lo tanto un riesgo para países que estén altamente endeudados tengan problemas en el pago de deuda, por lo que en comparación con otros países México está bien parado, toda vez que está alejado de la guerra”, precisó Soni.
Aclaró que el nearshoring (la transferencia de parte de la fabricación de China u otros países a México o a América Latina para capear las interrupciones de la cadena de suministro que se han producido desde la pandemia) apoyará marginalmente al crecimiento del país, no lo suficiente para ser un cambio estructural en el crecimiento de la actividad productiva del país.
Y es que México es una economía muy abierta, en donde las exportaciones representan 38 por ciento del PIB nacional y 80 por ciento se va a Estados Unidos, economía que registrará una fuerte desaceleración el próximo año.
Además, hay un cambio en los patrones de consumo en Estados Unidos, donde se está demandando más servicios y menos productos, lo que puede debilitar la demanda de productos mexicanos y disminuir las exportaciones de México.
“Las altas tasas de interés en Estados Unidos ya están pegando en la economía, sobretodo en el sector vivienda, que podría perjudicar a México porque gran cantidad de empleos de construcción en Estados Unidos los ocupan personas de origen mexicano, entonces el impacto específico es que los crecimientos de remesas disminuyan”, precisó la especialista de UBS.
En otro tenor, Gabriela Soni pronostica que el banco central mexicano es difícil que se desacople con la Reserva Federal, pues la inflación estructural (subyacente) sigue subiendo y por lo tanto es difícil que se pueda desacoplar.
Por su parte, el Banco de México podría recortar un poco más que la Reserva Federal, cuando empiece este último a descender las tasas, dado que el diferencial que se tiene de 6.0 puntos porcentuales, es más elevado que el promedio mundial de 4.5 puntos porcentuales.