Ante los daños ambientales que ocasionaría la planta de amoniaco en la bahía de Ohuira, en el municipio de Ahome, integrantes de la etnia yoreme de Sinaloa realizaron un mitin frente a la embajada de Alemania, en la Ciudad de México, para exigir la reubicación del proyecto que pretende construir la compañía Gas y Petroquímica de Occidente (GPO), filial del consorcio suizo-alemán Proman.
Fueron atendidos por el ministro-consejero Mirko Schilbach, jefe de misión adjunto de la embajada alemana en México, quien recibió de los representantes de los pueblos originarios documentación en la que exponen su problemática. El diplomático se comprometió a entregarla a las autoridades competentes de su país para la revisión del caso.
“Sabemos y estamos informados, que Proman ha consultado con todas las autoridades mexicanas, federal, estatal, comunal de la región (…), pero si tienen su opinión escrita voy a recibirla y pasarla a Proman y a las autoridades alemanas para revisar”, indicó el ministro en una breve conversación con los activistas a las afueras de la embajada.
Felipe Montaño Valenzuela, gobernador tradicional indígena de Ohuira –poblado que se encuentra en Ahome– y vocero del consejo consultivo de la nación yoreme-mayo, le aclaró que en la consulta ordenada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) en septiembre pasado, participaron 15 poblados en el proceso, pero son comunidades “que no están en el radio de afectación” ambiental.
Precisó que las localidades de Juan José Ríos, Lázaro Cárdenas, Ohuira y Paredones rechazaron que siga el proyecto de GPO y son estos pueblos originarios los que emprendieron una lucha jurídica desde hace nueve años para exigir respeto a sus derechos, a tratados internacionales y a sus usos y costumbres.
El líder yoreme negó que la consulta a los pueblos originarios haya sido de manera previa, libre e informada. Incluso denunció que al amparo de “la corrupción de gobiernos federales, estatales y municipales” han violentado los derechos de los pueblos indígenas al tomar decisiones en contra de lo determinado por las autoridades tradicionales.
Subrayó que las comunidades no se oponen al progreso, sino proponen la reubicación de la planta de fertilizantes.
Con mantas, pancartas y con un altavoz, los activistas y el colectivo Sinaloa Despierta ¡Aquí No!, señalaron que la empresa ya arrasó con 28 hectáreas de manglares, de 206 que contempla la Manifestación de Impacto Ambiental.
Denunciaron que el proyecto tendría la capacidad de producir 2 mil 200 toneladas métricas diarias de amoniaco –con un almacenamiento de 75 mil toneladas de químicos–, lo cual pondría en riesgo la producción pesquera en la bahía de Topolobampo, municipio de Ahome, actividad de la que dependen 4 mil personas que se han dedicado a la captura de camarón y ostión, entre otras especies marinas.