Monterrey, NL. De concretarse la prohibición de las importaciones de maíz transgénico a partir de 2024, tal y como pretende el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, se acabaría con 42 por ciento del producto interno bruto alimentario, el cual representa casi 5 por ciento del PIB nacional, aseguró Juan Cortina Gallardo, presidente del Consejo Nacional Agropecuario (CNA).
Entrevistado en el mercado del Foro Global Agroalimentario, advirtió que se trata de una medida que tendrá repercusiones directas en las familias mexicanas, pues al no contar con el grano suficiente para alimentar aves y ganado, se recurrirá a mayores importaciones de proteína animal, lo que encarecerá los alimentos.
“El maíz transgénico se ha venido usando en el mundo los últimos 40 años y no ha habido ningún problema de salud. Hemos estado comiendo proteína, no sólo los mexicanos, sino otros 180 países, producida con tecnología y no sucede nada. Incluso en Estados Unidos y en muchos otros países la usan para siembra de consumo humano y tampoco sucede nada", apuntó.
De acuerdo con datos oficiales, anualmente México importa entre 17 y 20 millones de toneladas de maíz para cubrir la demanda de la población. De esa cantidad casi su totalidad es maíz amarillo, utilizado en la industria y para la engorda de animales, toda vez que el país es autosuficiente en grano blanco, que es el usado para la elaboración de tortillas.
La totalidad de las importaciones de maíz amarillo proviene de EU, donde la mayoría de la producción de ese tipo es transgénica.
Por ese motivo, diversos especialistas, incluido el presidente del CNA advierten del riesgo de detener de golpe las importaciones de maíz, pues México no tiene actualmente la capacidad para cubrir la demanda de la población de casi 20 millones de toneladas anuales de grano amarillo, lo que generaría inflación alimentaria.