Madrid. El Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (Macba) inauguró una instalación a modo de “diorama inmersivo”, inspirada en la cultura y la resistencia del pueblo mixe, sobre todo en una de las fábulas más importantes de su mitología, la de Kondoy o el señor bueno. La muestra cuenta con un mediometraje, una serie de 20 paneles pictóricos, un tótem de escala monumental y una intervención a gran escala en el pasillo de acceso a la sala, que se realizó con la coordinación y curaduría de Mariana Botey y Pablo Arredondo Vera, y en la que participaron artistas plásticos como Dr. Lakra, Taka Fernández y Brian Cross.
Adentrarse en la cultura y la idiosincrasia del pueblo mixe requiere de mucha confianza mutua, sobre todo desde los pobladores de esta cultura milenaria, a la que definen los propios artistas y antropólogos que la han estudiado como el pueblo “heredero natural de los llamados olmecas, la cultura madre mesoamericana y el pueblo que nunca ha sido conquistado”. Añaden que “los mixes hablan una de las últimas lenguas vivas de la familia mixe-zoqueana. De las palabras que pronuncian, las milpas que cultivan, las historias que cuentan y los ritos que llevan a cabo, se desprende un mundo que a ciencia cierta nadie, ni iniciados ni neófitos, podrá recuperar. Sin embargo, esto no significa que ese mundo haya sido destruido o aniquilado. Permanece en inmanente resistencia en todas aquellas otras cosas que el pueblo mixe ha vuelto propias, así como en las instituciones y formas de organización que ha construido para defender su lengua, su territorio y su identidad”.
Los artistas e investigadores que forman parte de esta exposición solicitaron permiso a la comunidad para conocer y difundir públicamente la importancia de la fábula de Kondoy, al que sitúan como una especie de referencia histórica en su larga y infatigable lucha por la resistencia. El mito de Kondoy es la historia de un dios nacido de un huevo junto con su hermana, Tajëëw, una víbora cornuda. Kondoy crece hasta volverse un gigante y se enfrenta a los enemigos de su pueblo mientras va marcando el territorio mixe y los centros de poder político con los que éste se relaciona. Tras su periplo, Kondoy se refugia en una cueva en el cerro de Zempoaltepetl, donde sigue residiendo, y su hermana es ahora una formación rocosa. La historiadora del arte y artista Mariana Botey, mexicana residente en California, explicó los orígenes de un proyecto que ella misma coordinó: “Este proyecto comenzó en Oaxaca, después de un proceso de investigación de más de 30 años acerca de la importancia, la centralidad y la supervivencia de las formas indígenas, de cómo éstas son muy importantes en la formación de nuestra modernidad (la que siempre piensa al indígena como el otro), pero en realidad la distinción, la singularidad de nuestro futuro en las Américas, depende mucho de esta figura de lo indígena”.
Botey explicó que para difundir e inspirarse en el mito de Kondoy del pueblo mixe, se celebraron asambleas muy largas, en las que al final lograron su confianza. “El mito de Kondoy es de ellos, también la música, que es la esencia, el núcleo duro de su resistencia, por eso los mixes –como nunca han sido conquistados– tienen una inteligencia absoluta respecto a que quienes no lo son, no deben acercarse a esto. No obstante, explicamos nuestras razones y nuestró por qué, y a partir de ahí hubo una gran colaboración”, explicó.
El curador Pablo Arredondo Vera añadió que “la cultura mixe es la brasa que está debajo de las cenizas y que al día siguiente vuelves a prender. Y ahí es donde está Kondoy. Es una forma de dar una inmersión del mundo, de un mundo que se va a acabar y que es bueno que se acabe”.
El Dr. Lakra participa como artista plástico en la instalación y también acudió a Barcelona para la inauguración, en la que además ofrecerá una concierto como DJ a partir de su selección digital de música latinoamericana y tropical, con especial énfasis en nuevas expresiones musicales del pueblo ayuujk, caracterizado a lo largo de la historia colonial por apropiarse y reformular ritmos y estilos musicales foráneos, como la polca y el vals, y ahora el rap, el hip-hop o la cumbia y el vallenato, entre otros. Dr. Lakra comentó que “es importante trabajar en comunidad, ya que es una de las partes más importantes de la instalación. Esta fórmula sirve para cualquier pueblo en la divulgación e ilustración de un mito. En Oaxaca hay miles de cuentos y mitos que pueden ser rescatados, que pueden abrirse a una ilustración y filmación, lo que puede ser muy interesante”.
La muestra, que se podrá ver en Barcelona hasta el próximo 23 de febrero, es una producción del Festival Hacer Noche-Promised Land, en colaboración con el MACBA, la Universidad de California en San Diego y la Casa de la Cultura Oaxaqueña. Se instaló por primera vez en la inauguración del Festival Hacer Noche en Oaxaca.