La más amplia y reciente muestra del trabajo realizado durante más de 50 años por el reconocido caricaturista mexicano Helio Flores (Xalapa, Veracruz, 1938) se reunió en el volumen Helioflores. Nuestra democracia, que reúne más de 240 piezas que permiten hacer un recorrido crítico, lúcido e irónico por la historia política de México desde 1968 hasta 2022.
En charla con La Jornada, el maestro Helio Flores, de 84 años, habla sobre la caricaturización del poder, la labor del cartonista, la censura, la libre expresión y la publicación de su más reciente libro.
“A lo largo de la historia del país, más que cambiar la forma de hacer humor político, lo que ha cambiado son las condiciones y los fines políticos. Los caricaturistas siempre tratamos de señalar aquello en lo que consideramos hay un desequilibrio, una contradicción, con la intención de que eso se mejore.”
Para Helio Flores, “si bien es muy común la frase de que el caricaturista debe criticar al poder, eso no es así de simple. Ahora algunos caricaturistas quieren centrar todo en el Presidente, y son los mismos que antes no lo hacían y ni siquiera lo pensaban.
“Hay muchos poderes: el económico, el empresarial, el militar, el de los medios de comunicación, el legislativo, el judicial, el religioso. Hay que criticar al poder cuando actúa de manera negativa en relación con la sociedad o cuando busca el beneficio de sus propios intereses.”
Humor, análisis y crítica
El trabajo del caricaturista, abundó, “tiene que buscar que haya menos injusticias y el bienestar social de todos. Un cartón político tiene que saber amalgamar humor, análisis y crítica. Hoy hay muchos casos que más bien parecen un insulto o un desahogo personal. Parece que se puso de moda atacar al poder presidencial todos los días, y como no hay censura oficial –como sí la había antes– se dan vuelo. Saben que no van a perder la chamba por atacar al Presidente, pero para mí, como lector, siento que a veces no hay ingenio.
“El caricaturista debe tener la capacidad de ser autocrítico. Ahora que está lo del mundial de futbol, alguien puede estar a favor de tal equipo y discutir con los que le van a otro equipo, pero también debe tener la capacidad de ver las fallas y errores de su propio equipo, pues al final lo que se quiere es que mi equipo juegue bien.”
Respecto de la censura, “la forma más fácil de evitarla es hacer lo que el director quiere y así ya no sufrir la censura. Eso es fue lo más fácil y más común cuando yo empecé como caricaturista hace 60 años, en un periódico que ya no existe (Novedades) hacía mis cartones criticando al Presidente y nunca salían, pero encontré que si hacía cartones con temas internacionales, sí me publicaban. Podía criticar a los gorilas de otros países, pero al de México no. Entonces hacía mis críticas de manera disfrazada, esa fue la manera que encontré para evitar la censura”.
En la actualidad, continuó, “hay un cambio en el país o, por lo menos, hay la intención de hacerlo. Creo que sí se puede hacer, pero va a ser muy difícil, va a tomar tiempo, porque los políticos actuales traen el gen, el estilo de antes, el amiguismo, los cuates, formar grupitos, eso se ve en políticos que uno piensa son diferentes, pero que están acostumbrados a lo mismo, y no se diga de esos políticos que ya no les importa y son muy descarados en su actuar”.
Se tiene que diferenciar entre lo que es y no es la libertad de expresión, “por ejemplo, un famoso periodista que tenía una revista y que cobraba millones por publicar lo que el gobierno quería, ahora de repente ya no se los dan, y dice que están afectando su libertad de expresión. Eso da risa, porque más que libertad de expresión, era su negocio. Y luego salieron unos 600 intelectuales apoyándolo”.
Publicado por Alias Editorial, Helio Flores. Nuestra democracia es el título de su más reciente libro, en el que se reúnen 246 obras realizadas entre 1968 y 2022, con prólogo del periodista de La Jornada Pedro Miguel y que también incluye una entrevista realizada por Gerardo Lammers.
De acuerdo con los editores, por medio de las caricaturas de Helio Flores “es posible hacer un recorrido crítico, lúcido e irónico por la historia de la política nacional y mundial durante más de cinco décadas”.
Es un libro, concluyó el maestro Helio Flores, “en el que no sólo es importante el comentario político, sino sobre todo hay caricaturas que a mí me gustan mucho respecto a la expresividad gráfica. Por ejemplo, el cartón de la portada, que representa, de lejos, la cara de la democracia, pero de cerca se ve que los ojos son dos mapaches”.