Vialidades como Circuito Interior, Paseo de la Reforma, Gutemberg y Thiers lucieron inusualmente desiertas debido al partido de futbol entre México y Polonia, mientras transeúntes detuvieron su paso frente a monitores de tiendas y restaurantes para observar la transmisión, con algunos conglomerados, como el que se formó frente a una tienda de artículos deportivos en la calle Madero.
A esta pausa en las actividades cotidianas se sumó la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, quien siguió el partido en el patio del Antiguo Palacio del Ayuntamiento, donde se instaló una megapantalla.
Por medio de sus redes sociales, antes del inicio de la justa deportiva, la mandataria deseó suerte a los seleccionados mexicanos y festejó junto con los trabajadores del gobierno, como si se tratara de la victoria, cuando el portero Memo Ochoa atajó un penal.
En las inmediaciones de la Plaza de la Transparencia, en Benito Juárez, transeúntes paraban frente a restaurantes para ver desde fuera las pantallas y constatar si el marcador había cambiado
Junto a El Caballito, en Reforma, un repartidor de volantes y un vendedor de dulces sentados en una jardinera compartieron la transmisión del partido en un teléfono celular.
Algunas empresas colocaron pantallas en su interior y hasta botana hubo para ver el encuentro, incluso sus trabajadores se pusieron la camiseta verde mientras se desarrolló la justa deportiva.
Varias alcaldías cedieron sus explanadas a la fiebre futbolera, como Cuajimalpa, Tlalpan, Coyoacán e Iztapalapa. En esta última, Martín Mosco, a quien sus compañeros en el equipo de la Prepa 5 le decían el Motorcito –“porque soy chiquito pero cómo corría”–, fue uno de los más de 300 aficionados reunidos para ver el partido.
Antes de las 9 de la mañana llegaron los primeros seguidores del seleccionado, y aunque a esa hora se sentía el frío de la mañana, para Guadalupe Ramírez, que en primera fila manifestaba su nerviosismo mordiendo la bandera nacional o cubriéndose medio rostro con ella, “se pone bonito el ambiente”, y por eso se desplazó más de ocho kilómetros desde su casa en la colonia Desarrollo Urbano Quetzalcóatl al centro de la demarcación.