Ciudad de México. A 100 años de su asesinato en una cárcel estadunidense, en Palacio Nacional se rindió un homenaje a la memoria del anarquista y revolucionario Ricardo Flores Magón, encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien expresó: “Lo que más admiro de él es la firmeza de sus convicciones. Era un hombre enérgico, pero fiel a sus ideas. Es fácil tacharlo de sectario o de intransigente, pero es difícil ignorar su congruencia”.
A punto de concluir el que fue denominado oficialmente año de Ricardo Flores Magón, en ocasión de la fecha en que murió (21 de noviembre de 1922), López Obrador destacó su congruencia hasta el final, porque aun cuando el gobierno estadunidense le ofreció excarcelarlo a cambio de que pidiera perdón, nunca admitió esa posibilidad, a costa de su libertad.
Hacerlo, recordó el mandatario, hubiera significado, en la percepción del periodista oaxaqueño, asumir estar arrepentido de luchas por derrocar el capitalismo como modelo de explotación. El Presidente hizo una síntesis del programa del Partido Liberal Mexicano, fundado por Flores Magón, entre lo que destacó que planteaba que los pueblos no pueden ser prósperos mientras subsistan las condiciones de miseria general.
Son condiciones en las que unos cuantos millonarios acaparan todas las riquezas y son los únicos satisfechos entre millones de hambrientos, no hacen el bienestar general, sino la miseria pública, refirió.
Después de que el sociólogo Armando Bartra hizo un análisis del carácter del magonismo y sus vínculos con los zapatistas y Diego Flores Magón evocó la personalidad de su ancestro, López Obrador recordó algunas de las frases finales que el periodista confió a un amigo desde la cárcel:
“No sobreviviré a mi cautiverio, pues ya estoy viejo, pero cuando muera, mis amigos quizá escriban en mi tumba: ‘Aquí yace un soñador’, y mis enemigos: ‘Aquí yace un loco’, pero no habrá nadie que se atreva a estampar esta inscripción: ‘Aquí yace un cobarde y traidor a sus ideas’”, rememoró el Presidente.