A cinco meses del asesinato de los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora en la iglesia de Cerocahui, en Urique, Chihuahua, así como de Pedro Palma, la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús lamentó que el caso siga impune y que la inseguridad prevalezca en la sierra Tarahumara.
En un comunicado señaló que, a más de 150 días de “los dolorosos hechos”, la paz no ha llegado a Cerocahui, como recientemente declaró la Secretaría de Seguridad Pública estatal. En la comunidad, dijo, prevalece la inseguridad, el miedo de que la situación quede en el olvido y de que el perpetrador regrese a la zona. “Reiteramos, mientras no haya justicia no se podrá hablar de paz y reconciliación”.
Hizo un llamado a los diferentes niveles de gobierno para continuar con la seguridad en el territorio serrano y avanzar hacia la justicia que tanto añoran las comunidades.
“Nos sumamos al manifiesto de la diócesis de Tarahumara, que ha convocado a construir “un país donde reinen la verdad y la justicia”.