Tegucigalpa. Cientos de transportistas se manifestaron este martes en la capital de Honduras exigiendo al gobierno poner freno a las pandillas que los extorsionan cobrando "impuesto de guerra".
"No podemos seguir trabajando cinco, siete días a la semana para pagar a los mareros" (pandilleros), dijo a medios locales el dirigente del transporte urbano de Tegucigalpa, Rigoberto Galo.
Los transportistas estacionaron sus pesados buses en las calles cercanas a la casa presidencial, este de la ciudad, provocando severos congestionamientos.
"Nosotros estamos poniendo los muertos", se quejó otro dirigente, Marbin Galo, durante la protesta.
Unas sesenta personas ligadas al transporte han sido asesinadas en lo que va del año en Honduras, la mayoría por negarse a pagar el "impuesto de guerra", según los dirigentes.
El gobierno informó que el jueves anunciará un plan de seguridad para el combate de las extorsiones y otros delitos.
Unos 70 mil pandilleros siembran el terror en barrios y colonias de las principales ciudades de Honduras que han emigrado también a zonas rurales, según organismos no gubernamentales.
Los narcotraficantes y los pandilleros tienen a Honduras con una tasa de homicidios de cerca de 38 por cada 100 mil habitantes, una de las más altas del mundo.