Buenos Aires., La noticia del fallecimiento de la histórica dirigente de las Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, conmovió ayer en la mañana, cuando todos estaban pendientes del Mundial de Futbol en Qatar, y el primer anuncio llegó vía Twitter de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien escribió: “Queridísima Hebe, madre de Plaza de Mayo, símbolo mundial de la lucha por los derechos humanos, orgullo de Argentina. Dios te llamó el día de la Soberanía Nacional… no debe ser casualidad. Simplemente gracias y hasta siempre”.
El gobierno del presidente Alberto Fernández decretó tres días de duelo y la noticia se extendió por el mundo, conmoviendo especialmente a aquellos países cuyos gobiernos populares desafiaban la dependencia y las “amenazas imperiales”.
También por Twitter, el presidente Fernández se despidió: “con profundo dolor y respeto a Hebe de Bonafini, madre de Plaza de Mayo y luchadora incansable por los derechos humanos.
“Comparto esta columna habitual conmovido por la ¿muerte? de Hebe, de la que me enteré recién. Por ahora, sólo me sale decir que, a la cabeza del orgullo nacional, y de la admiración del mundo, hay un pañuelo blanco. Que eso es inmortal, como Hebe.”
Cofundadora de Madres de Plaza de Mayo en plena dictadura militar en 1977 ella estuvo en aquellas rondas de mujeres de pañuelos blancos que se convocaron para exigir a la Junta Militar de la dictadura –instalada después del golpe de estado del 24 de marzo de 1976– que les informaran dónde estaban sus hijos secuestrados y desaparecidos.
Mientras el terror silenciaba y paralizaba el país, las Madres, en una ronda solitaria frente a la casa Rosada (de gobierno) lo desafiaron todo, después de haber golpeado las puertas de los cuarteles, de la Iglesia, embajadas, sin recibir ninguna respuesta.
Su salud se deterioró
Bonafini, a quien la dictadura le desapareció a dos hijos y una nuera, tenía 93 años y seguía luchando desde hace 46 años. Su salud se había quebrantado en los últimos meses. Estuvo internada y continuaba bajo controles médicos, a pesar de lo cual nunca dejó de escucharse su voz ante momentos álgidos, como el intento de asesinato contra Fernández de Kirchner, el 1° de septiembre pasado.
Entonces denunció el crecimiento de grupos fascistas en el país ytambién en los sectores más ra-dicalizados de la derechista coalición Juntos por el Cambio, como es Propuesta Republicana (Pro), que lidera el ex presidente Mauricio Macri.
En una entrevista que esta corresponsal hizo a Hebe en la Casa de las Madres, frente a la Plaza del Congreso, al finalizar le pregunté si tuvo miedo en algún momento y me respondió que la fuerza que la movilizaba eran sus hijos y todos los desaparecidos. “Todos son mis hijos. Todos son mis fuerzas”. Allí mismo fundó la Universidad de las Madres.
Al preguntarle si ella era militante antes de la desaparición de sus hijos, con toda sinceridad respondió: “Fue el mismo día en que mis hijos desaparecidos me transformaron en lo que soy ahora, en militante.
“Yo, que me ocupaba de tener su comida favorita para cuando ellos llegaran, que se sintieran bien. Me ocupaba de la casa, sus ropas, todo, y no supe hasta el día en que empecé a buscarlos que ellos estaban militando, que cuando hablaban muy bajo no estaban hablando de su vida, estaban conspirando.
“No había tiempo para el miedo”
“Fui junto a las otras madres a enfrentarnos a la policía, con la única arma que teníamos: el pañuelo blanco. La policía no sabía qué hacer ante este grupo de mujeres, que llorando o a gritos clamaban por sus hijos. No había tiempo para el miedo. Por eso para mí, todos eran mis hijos. También sorprendimos a la dictadura porque hubo prensa extranjera. No sabían qué hacer”.
Fuerte, decidida, impulsiva, de una sinceridad donde no cabían las diplomacias ella fue de frente, se solidarizó con todos los pueblos en lucha. Entendió a quién enfrentaba América Latina.
“La revolución cubana me dio fuerzas. Viendo todo lo que hacían en su resistencia y la fortaleza de ese pueblo, de gran generosidad. Para mí en Cuba tuvieron sentido las palabras, dignidad, justicia y solidaridad. El comandante Fidel Castro y todos dirigentes y pueblo cubano nos recibieron con mucho respeto.”
Con relación a su personalidad de temperamento fuerte que le trajo más de un problema, ella dijo: “No sé parar cuando hablo, ni decir lo que no siento”.
Por la Universidad de las Madres pasaron los presidentes Hugo Chávez Frías y Evo Morales, entre otros, y también los que llegaban a Argentina, para conocer la lucha por los derechos humanos, de cómo se mantuvieron los familiares desde los primeros días de la dictadura.
Es un día muy triste para el país: De Carlotto
La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, recordó a Bonafini como una gran luchadora. “Tuvimos diferencias, pero era una gran luchadora, es un día muy triste para todo el país”.
Y añadió: “un día de duelo para toda Argentina (…) No deja nada que no sea su fuerza, con errores como tenemos todas, seguramente la vamos a extrañar, porque personas así llenan la historia”.
En uno de los textos más bellos la periodista y escritora Sandra Russo Maternidad y Rebeldía, en Página/ 12 escribió: “su voz áspera, cargada siempre de palabras indecibles, fue durante varias décadas el sonido que se escuchaba muy al fondo, ahí donde yacen las verdades incómodas, esas que nadie más se anima de decir. Hebe resignificó la maternidad para todas y todos nosotros”.