Doha. Holanda tendrá dos deberes al debutar hoy en el Mundial contra un Senegal que todavía llora la baja por lesión de su héroe nacional Sadio Mané.
Aspirante al título desde hace medio siglo y ausente de Rusia 2018, los neerlandeses, de la mano del entrenador Louis Van Gaal y con el defensa Virgil van Dijk como líder, se estrenan en el estadio Al-Thumama para cerrar la primera fecha del Grupo A.
Van Gaal, el veterano técnico de 71 años que también estaba al frente del equipo que hace ocho años, contra todo pronóstico, llegó a semifinales en Brasil, se vuelve a ilusionar.
Van Dijk, referente de la zaga, asegura que “tenemos experiencia, talento y una buena mixtura, pero primero, y más importante, espíritu de equipo y creo que esa es la llave para el éxito”.
Sin embargo, el defensa del Liverpool advierte: “Nada nos garantiza el éxito, pero tenemos una buena base para esperar con optimismo el debut” en Qatar, porque “contamos con un entrenador fantástico y jugadores que están en las mejores ligas del mundo”.
El conjunto de Van Gaal no podrá contar con el delantero del Barça Memphis Depay, quien sigue arrastrando problemas en un muslo desde septiembre; no obstante, el golpe es más duro para Senegal, privado de su gran estrella: Sadio Mané.
El mejor jugador de África de 2022 sufrió una lesión del peroné de la pierna derecha con su club, el Bayern Múnich, el pasado 8 de noviembre en un partido de la Bundesliga, y no pudo recuperarse.
“Es una gran pena por Mané y es lamentable por el equipo. Será un desafío tremendo”, dijo Aliou Cissé.
“Todos los técnicos arman a sus equipos en torno a su mejor jugador. Pero tenemos un gran grupo, y nuestra condición de campeones de África nos hace sentir con mucha confianza sobre nuestro potencial”, añadió el timonel.