En 2021, las transferencias federales representaron 84.1 por ciento del total de los ingresos de los estados y 90 por ciento de los recursos de los municipios, lo que da cuenta de que los gobiernos locales del país siguen teniendo gran dependencia de la federación y no aprovechan lo suficiente sus capacidades recaudatorias, de acuerdo con el más reciente análisis de la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
Las transferencias que reciben los gobiernos estatales se dividen en dos tipos: participaciones federales y gasto federalizado programable. Las primeras ascendieron el año pasado a 917 mil 232 millones de pesos, y el segundo, a 2 billones 14 mil millones de pesos.
De acuerdo con un documento incluido en la segunda entrega de informes de la fiscalización de la cuenta pública 2021, que recientemente la ASF hizo llegar a la Cámara de Diputados, la facultad para captar los principales impuestos está reservada al gobierno federal y, en compensación, éste hace partícipes a las entidades federativas y municipios de una proporción del importe de esos impuestos.
En los estados y municipios permanecen fuentes de ingreso de menor capacidad, las cuales, en diversos casos, “están insuficientemente aprovechadas”, de acuerdo con la ASF.
Agrega que para los gobiernos locales, “las participaciones federales son su principal fuente de ingreso de libre disposición, y la complementan con los recursos que reciben del gasto federalizado programable, que son transferencias condicionadas. Ambas fuentes de recursos significan la mayor proporción de los ingresos de las entidades federativas y los municipios”.
De los ingresos de las entidades, un promedio de 36.7 por ciento proviene de las participaciones federales. Guanajuato y Guerrero registraron la mayor dependencia de esos recursos, con 51.2 y 47.3 por ciento, respectivamente.