En los primeros cuatro años de este sexenio, el incremento al salario mínimo general ha sido de 95.6 por ciento, al pasar de 88.36 a 172.87 pesos diarios, según datos oficiales. No obstante, la inflación promedio de 8 por ciento en los meses recientes –estimado al cierre de 2022– ha tenido impacto generalizado en el poder adquisitivo de las familias, señaló Gabriel Badillo, del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Explicó que el aumento al salario mínimo en 2022 fue de 22 por ciento, pero en términos reales equivale a 14 por ciento, por lo que los altos niveles de inflación, que han presionado los precios de los alimentos, “se está comiendo una buena parte” del incremento.
En la zona libre de la frontera norte, el minisalario asciende a 260.34 pesos diarios.
En entrevista, el investigador indicó que las familias de bajos ingresos o en situación de pobreza destinan a alimentos la mayor parte de su sueldo, por lo que tienen pocas o nulas posibilidades de ahorrarlo o dedicarlo a actividades recreativas. Con la inflación, agregó, se han visto obligadas a adquirir productos en menor cantidad o de menor calidad. Incluso recurren al crédito, préstamos o empeño de sus bienes “para poder conseguir más o menos lo que estaban consumiendo”, expuso.
Badillo indicó que la afectación es generalizada y se “había visto contrarrestada un poco con los incrementos muy importantes” en esta administración, lo cual ha hecho que esta caída no sea tan importante “como la que hubiéramos tenido con otra política más ortodoxa”.