Jefferson. Las zonas rurales del estado de Iowa han estado perdiendo empleos manufactureros durante años, pero cuando un fabricante local en esta zona trasladó 200 empleos a Misisipi porque aquí no tenían suficiente mano de obra disponible, esta pequeña comunidad al noroeste de Des Moines decidió que tenía que invitar a nuevos trabajadores a mudarse a esta área, y los mejores, decidió el gobierno local, son los migrantes de México y otras partes de América Latina.
La decisión ha convertido al condado Greene, donde está ubicado el pueblo de Jefferson, en una excepción en el estado. El actual gobernador, Kim Reynolds, culpa a los migrantes –sobre todo a los que cruzan la frontera desde México– por el crimen, el contagio de covid y casi todos los otros males en este país.
Ken Paxton, director de la Corporación de Desarrollo de Negocios del Condado Greene, dice que este lugar está buscando otra ruta. Sentado en su oficina en la alcaldía, explica que “la fuerza laboral blanca para la manufactura ya no existe. La población latina es la mejor opción para nosotros, trabajan duro, se dedican a la familia y van a las iglesias”.
Todos los condados de Iowa están perdiendo habitantes. Hace 50 años había una población de 20 mil en este condado donde hoy sólo quedan 9 mil. El gobierno federal reporta que los latinos son la población de mayor crecimiento en Iowa, e inmigrantes de México son el segmento más grande. Mientras la agricultura en esta zona está utilizando cada vez menos mano de obra, el condado Greene sigue atrayendo a la industria manufacturera. “Acabamos de abrir un nuevo casino, aquí está la empresa que fabrica tableros de baloncesto para la liga profesional NBA, tenemos a John Deere (manufacturero de equipo agrario) y la empresa que fabrica equipo de gimnasia para las Olimpiadas”, dice Paxton. Pero no hay suficientes trabajadores, repite. “Tengo 70 empleos abiertos sólo en el casino, y más en otros lugares”.
Lo que finalmente provocó que autoridades y empresarios locales tomaran acción fue cuando New Way Trucks, Inc., una de las compañías de fabricación de camiones de basura más grandes, trasladó 200 empleos a Misisipi en 2019 porque no encontraban suficiente mano de obra. “Si no encontramos más trabajadores, trasladarán más empleos a Misisipi”, explica Paxton. Fue ante ello que el condado Greene contrató a un empresario local, pero de origen nicaragüense, Carlos Argüello, para asesorarlos sobre cómo convencer a migrantes latinoamericanos a mudarse aquí.
“Estamos ofreciendo buenos empleos de largo plazo con salarios excelentes, beneficios y fondos de jubilación”, explica Chuck Offenburger, presidente del comité que encabeza el esfuerzo para atraer a trabajadores a esta zona. Offenburger subrayó que estos empleos son mejor remunerados y tienen más beneficios que los empleos en las empacadoras de carne que inicialmente llevaron a que muchos mexicanos llegaran a este estado.
De hecho, Paxton y otros líderes locales fueron a la comunidad de empacadores de carne en Storm Lake, unos 220 kilómetros al norte, para aprender de esa experiencia en la contratación de una fuerza laboral en gran parte latina. “Sabemos que necesitamos integrar a los latinos a nuestra comunidad local”, señala Paxton.
En los últimos ocho meses, las autoridades locales han convencido a los empresarios para traducir sus anuncios de empleo y otros materiales al español, establecieron un sitio de Internet del gobierno municipal en español y el sistema de escuelas públicas locales ha contratado a maestros bilingües. Hasta establecieron un centro de bienvenida con traductores bilingües. Más aún, invitaron a comerciantes latinos de otras partes de Iowa a visitar esta zona para que consideraran abrir negocios ahí.
Al dar vueltas por el condado, el nombre de este proyecto –en español– es visible en varias partes: “Nueva Vida en Greene County”. Varios residentes blancos entrevistados en las calles expresaron esperanza en que la iniciativa sea exitosa. Sin embargo, una mujer joven que pidió el anonimato comentó que “en la superficie, la gente es amistosa, pero creo que tomará tiempo para que se acostumbren a personas que hablan otro idioma”. Advirtió que el temor de extranjeros y la retórica antimigrante de algunos de los políticos aún prevalece.
Sin embargo, el negocio en el restaurante mexicano Casa de Oro estaba muy activo una tarde reciente, en la que casi todos los clientes eran anglos. El dueño del restaurante, Gildardo Gil Lepe, emigró de México hace mas de 20 años y es un gran promotor del programa Nueva Vida.
“No hay muchos hispanos aquí ahora, espero que vengan más”, comentó un trabajador que emigró de Jalisco y quien pidió el anonimato. Advirtió que el cambio tardará. “Nos llaman a todos mexicanos, aunque varios son de Honduras”, dice mientras suelta una sonrisa.
Pero ese cambio ya empezó. Por más de 20 años esta área fue representada en el Congreso federal por el diputado republicano Steve King, cuya retórica racista y antimigrante era tan extrema que le fue prohibido ser nombrado líder de bancada de cualquiera de los comités. En 2020, King fue derrotado en su relección por otro republicano, el diputado Randy Feenstra, quien este año respaldó la iniciativa del condado Greene de atraer más inmigrantes latinos.
Al preguntarle cómo calcula la posibilidad de éxito, Paxton comenta: “ya hemos logrado que algunos se muden aquí, aun antes de iniciar el esfuerzo de reclutamiento de trabajadores”. Señala que muchos granjeros locales conocen a migrantes mexicanos y de otras partes de América Latina que trabajan como jornaleros temporales, y “saben que son buenos trabajadores”.
Steve Noah, un empresario que fue director ejecutivo del Partido Republicano de Iowa en los 80, señala que la gente entiende intelectualmente la necesidad de atraer migrantes, pero que emocionalmente siguen entrampados con la retórica política antimigrante. Sin embargo, cree que el experimento en Greene podría ser un modelo para todo el estado.
Para algunos pueblos y condados, la decisión está entre dar la bienvenida a migrantes para salvarse o desaparecer poco a poco.