Nusa Dua. Los países miembros del G-20, incluida Rusia, aprobaron ayer un comunicado final de la cumbre en la isla indonesia de Bali que estipula que “la mayoría de miembros condenan con firmeza la guerra en Ucrania” y advierten que el conflicto agrava las vulnerabilidades de la economía global.
La reunión de los líderes de las grandes economías se vio sacudida por los masivos bombardeos rusos antier contra Ucrania y la caída de un misil en Polonia que hizo temer una escalada del conflicto.
Estos sucesos no impidieron la adopción de un comunicado conjunto al terminar la cumbre, que incluye una condena de la mayoría de países a la guerra en Ucrania y destaca su grave impacto en la economía mundial.
El presidente indonesio, Joko Widodo, reconoció que existieron negociaciones “muy duras” para poder cerrar una declaración conjunta de la cumbre, debido a las distintas opiniones sobre la guerra de Ucrania.
Añadió que el texto reconoce “otros puntos de vista”, pero afirma que “la mayoría de miembros condenaron la guerra en Ucrania y destacaron que está causando un inmenso sufrimiento humano”.
También apunta que el conflicto “afectó de manera negativa la economía global” y declara “inadmisible” el uso de armas nucleares o la amenaza de recurrir a ellas, como ha hecho el presidente ruso, Vladimir Putin, en Ucrania.
Dadas las tensiones geopolíticas existentes y la falta de acuerdos en todas las reuniones preparatorias, pocos esperaban la aprobación de una declaración conjunta que requería unanimidad. Menos todavía una condena, aunque no sea unánime, o la aparición del concepto “guerra en Ucrania”, vetada en Rusia.
Los bombardeos rusos del martes en Ucrania y la caída de misil en Polonia, miembro de la Unión Europea y la Organización del Tratado del Atlántico Norte, alteraron los debates plenarios y las reuniones multilaterales.
La cumbre en Bali estuvo precedida por una larga reunión entre el presidente estadunidense, Joe Biden, y su par chino, Xi Jinping, en la que ambos trataron de poner límites a la creciente rivalidad y encontraron terreno común sobre Ucrania.
Aunque China ha evitado condenar la guerra y criticar directamente a Moscú, Xi llamó a ambas partes a negociar, denunció la amenaza de usar armas nucleares y cargó contra la instrumentalización bélica de los alimentos y la energía.
El mandatario Vladimir Putin no acudió a Bali y envió a su canciller, Serguei Lavrov, quien acusó a Kiev de poner condiciones “no realistas” para negociar.
Los países miembros solicitaron en el comunicado final la extensión del acuerdo entre Kiev y Moscú para la exportación de granos ucranios por el mar Negro, que caduca el sábado.
En tanto, Xi acusó al primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, de comportarse de manera inapropiada y filtrar a los medios de comunicación el contenido de una reunión previa entre los dos líderes durante la cumbre del G-20.
En la reunión filtrada antes de este intercambio tenso entre los dos líderes, Trudeau expresó a Xi su desacuerdo sobre el arresto y detención de dos canadienses, así como por los informes publicados en la cadena de televisión Global News sobre la financiación clandestina de al menos una decena de candidatos en las elecciones presidenciales de 2019, informó la cadena CBC.