Viena. Activistas ecologistas rociaron ayer con un líquido negro el famoso cuadro Muerte y vida del pintor austriaco Gustav Klimt, informó el Museo Leopold de Viena.
“Los restauradores están trabajando para determinar si la pintura, que está protegida por un vidrio, ha sido dañada”, dijo a la Afp el portavoz del museo, Klaus Pokorny.
Activistas del grupo Última generación reivindicaron la acción en Twitter con la difusión de las imágenes, en las que se ve a dos hombres atacando la obra, uno de ellos intentando pegar su mano al vidrio, antes de ser detenidos por un empleado.
“Cesen la destrucción (de la humanidad) con los combustibles fósiles. Nos precipitamos hacia un infierno climático”, gritó uno de los activistas.
Los martes la entrada al museo es gratuita por una jornada patrocinada por el grupo petrolero austríaco OMV.
Este grupo se define como “la primera generación en experimentar el comienzo del colapso climático y la última que podría detenerlo”.
En las últimas semanas, activistas medioambientales han multiplicado acciones en todo el mundo atacando obras de arte para alertar a la opinión pública sobre el calentamiento global.
Entre las víctimas de los ataques hay dos obras de Goya del Museo del Prado en Madrid, Los Girasoles de Van Gogh en Londres y una pintura de Claude Monet, en Potsdam, cerca de Berlín.
Si bien ninguna de las pinturas fue dañada, el incidente de Los Girasoles dejó daños en el marco de la pintura.
Tras los ataques, grandes museos internacionales como el Prado, el Louvre de París, o el Museo Guggenheim de Nueva York, declararon la semana pasada estar “profundamente conmocionados” por la amenaza contra obras que son “irreemplazables”.