Lima. El presidente de Perú, Pedro Castillo, lamentó ayer que en su país todavía existan comunidades indígenas de la Amazonia que se comuniquen entre sí mediante señales de humo, y prometió acabar con las brechas tecnológicas en pleno siglo XXI.
Durante una reunión con dirigentes de la etnia amazónica asháninka en el Palacio de Gobierno, en la que escuchó sus demandas, Castillo aseguró que en Perú hay comunidades que “utilizan señales de humo para intercambiar información”.
“Yo he visto compañeros que tienen que hacer una fogata para interactuar con otra comunidad, porque no hay otra forma. Eso es cierto, totalmente”, enfatizó el mandatario ante una veintena de líderes indígenas y altos funcionarios del gobierno.
Castillo, ex maestro rural y ex dirigente sindical de 53 años, exhortó a los viceministros a visitar las comunidades indígenas y proponer soluciones que pongan fin a esa situación, “porque eso no debe seguir pasando, nuestros niños deben tener otro futuro”.
“Los pueblos amazónicos deben dejar de ser el patio trasero del país”, subrayó al evocar los problemas de comunicación y transporte terrestre de esas zonas del país.
La presidenta de la Federación Asháninka, Susana Silva, denunció que sus territorios sufren invasiones, tala ilegal y narcotráfico.
“Somos pueblos originarios conservadores de los bosques hace más de cinco mil años en la Amazonia. En estos momentos están en peligro nuestros bosques”, dijo Silva, quien vestía un traje típico y el rostro parcialmente pintado.
Castillo recibió y se colgó en el pecho un collar de huayruro, que es una semilla de color negro y rojo oriunda de la selva, que sirve de amuleto para la protección y buena suerte.
Los asháninkas son una etnia que habita en la selva central y el sudeste de Perú. Es la más numerosa entre los 65 grupos indígenas amazónicas del país.
Entre 1986 y 1996 los asháninkas estuvieron en medio del fuego cruzado entre la guerrilla maoísta y las fuerzas de seguridad del gobierno.