La reforma laboral enfrenta un “boicot” por parte de las grandes centrales corporativas, que disputan entre ellas contratos colectivos de trabajo (CCT) mediante procesos de legitimación para “simular” la democratización sindical, advirtieron especialistas en la materia.
Al presentar un estudio en el que se evalúan los resultados de la reforma a tres años de su puesta en marcha, Willebaldo Gómez Zuppa, investigador del Centro de Investigación Laboral y Asesoría Sindical (Cilas), sostuvo que documentaron diversos procesos en los que organizaciones sindicales –viejas centrales adheridas al Congreso del Trabajo– legitimaron sus CCT con una mínima participación, pese a contar con un padrón de miles de trabajadores.
Las autoridades laborales, señaló, “han detectado eso y, claro, firman las actas. Y cómo pueden validar un contrato colectivo con una participación de menos de 1 por ciento” de la plantilla laboral, cuestionó.
Uno de los casos ocurrió en la consulta que se realizó en la planta Mazda, en Guanajuato, donde la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (Catem) ganó con sólo 486 votos el recuento a la Confederación de Trabajadores de México (432 votos). En la consulta sólo participaron mil 400 empleados de un padrón de 4 mil 400 convocados, expuso.
“Es una simulación de democracia”, manifestó el también profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México, al acusar que las centrales antes mencionadas, así como la Confederación de Trabajadores y Campesinos y la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos amedrentan a los trabajadores “diciéndoles que pierden sus derechos” si no legitiman el CCT.