Ciudad de México. La explotación del litio puede generar daños socioambientales muy graves, al tiempo que las posibles ganancias económicas del Estado mexicano por este tema serían difíciles de garantizar, pues las exploraciones de diversos yacimientos todavía se encuentran en un estado incipiente, alertó la investigadora Aleida Azamar Alonso.
Durante un foro sobre el tema, la experta en temas de minería y extractivismo destacó que las reservas de litio en México se encuentran sobre todo en forma de arcilla –y no en salmueras salinas, como en Sudamérica--, por lo que su aprovechamiento implica procesos más complejos cuya rentabilidad es difícil de asegurar.
La académica de la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Xochimilco, recalcó también que México no tiene “las reservas más grandes de litio en el mundo”, como se llegó a mencionar en algunos medios, pues aunque podrían extraerse unas 11 millones de toneladas de carbonato de litio, Bolivia tiene reservas por 21 millones y Argentina por 19 millones.
Pese a ello, advirtió, en los últimos meses se generó una “locura especulativa” por el valor que podrían alcanzar los yacimientos de litio en el país, sin considerar los costos de exploración y explotación, así como las consecuencias medioambientales de ello.
Azamar destacó que el mercado de producción de baterías de litio está dominado ampliamente por países como China, Japón y Corea del Sur, por lo que abrirse paso en dicho ámbito será muy difícil, además de que los estudios para determinar la viabilidad de explotación requieren tiempo y recursos que el Estado mexicano no está considerando.
Un ejemplo de ello, puntualizó, es que la empresa Bacanora Minerals –dueña de la concesión más importante de litio en el país—invirtió 5 años y 4 millones de dólares para saber cuánto mineral podría encontrar en un solo depósito, mientras que al Servicio Geológico Nacional sólo le dieron un año y casi 3 millones de dólares para buscar litio en 82 depósitos.
Además de lo anterior, la investigadora alertó que la explotación de este recurso minero requiere 2 millones de litros de agua para obtener una sola tonelada de sales de litio, además de 2 mil toneladas de compuestos químicos. “Son cantidades escandalosos, sobre todo en lugares donde ya hay muy poca agua”, recalcó.