El concierto que reunió a grupos españoles y mexicanos de “rock duro nacionalista” no pasó inadvertido para algunas bandas de punk antifascista como Hell Fish, oriunda de la Ciudad de México.
Esta agrupación, que se define como street punk, considera que “ese suceso y los anteriores eventos fachas nos dan a saber que esa misma organización tiene cabezales en diferentes estelas económicas, que son sustento y enclave para sobrevivir y crecer. Son un grupo (de bandas) que tiene que esconder su organización, ubicaciones y demás logística. Nosotros no”.
Hell Fish es integrada por Bios en la voz, Juanin en la batería, Mikel en la guitarra y Toxinas en el bajo.
En una declaración como grupo a La Jornada, aseguró que los neonazis mexicanos son “un semillero de idearios aspiracionistas, racistas… Nosotros les nombramos los whitexicans del subterráneo”. En tanto, los antifascistas tienen un “compromiso legítimo y real que no miente. Tenemos la firmeza de nuestros ideales, porque nos ha demostrado que es un camino para ser felices y completos. Nuestros conciertos son abiertamente públicos y gestionados por nosotros mismos, sin intervención ni sustento político”.
Y “cosa curiosa: ellos se nombran apolíticos, pero no son conscientes de su clase y hasta de su origen étnico”.