La Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara de Diputados aprobó el dictamen con proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2023, de tal suerte que los inquilinos de San Lázaro apenas cuentan con una semana para aprobar, modificar o de plano rechazar la propuesta de gasto público presentada por el presidente López Obrador, toda vez que la ley establece el 15 de noviembre como fecha límite para tal fin, por lo que los legisladores deberán aplicarse a fondo y dejar atrás grillas, guerra de calificativos, gritos y sombrerazos para que la nación cuente con recursos suficientes y atienda las necesidades de los mexicanos.
Será votado en el pleno, donde era tradición que los partidos políticos representados en San Lázaro “jalaran la cobija” para su rincón a la hora del reparto de los recursos públicos a ejercer en el siguiente ejercicio fiscal: siempre su rebanada, con todo y que 90 por ciento de los dineros ya está comprometido, por lo que el margen real de maniobra, si lo hay, es de, cuando mucho, 10 centavos por cada peso presupuestal. Pero insisten.
Eso sucedía todos los años en San Lázaro, pues por ley la Cámara de Diputados es la única autorizada para tratar el tema presupuestal y, en consecuencia, aprobar, modificar o rechazar la propuesta presidencial en la materia. Entonces, nada fuera de lo normal. Sin embargo, para el ejercicio fiscal 2023, y más allá de las ya conocidas pataletas y chantajes, algo muy peculiar llama la atención dada la posición, en bloque, de la autodenominada “oposición”.
La Jornada (Enrique Méndez) nos ilustra: “el debate entre partidos se enfocó en el recorte de 4 mil 475 millones de pesos al Instituto Nacional Electoral (INE) y en el crecimiento de los rubros prioritarios para el Ejecutivo: gasto para pensiones, operación del aeropuerto Felipe Ángeles y la continuidad de las obras de la refinería de Dos Bocas y el Tren Maya”.
El recorte presupuestal que se propone practicar en el siempre multimillonario INE ha provocado histeria, desmayos y arrebatos entre los diputados de oposición (léase el Prian, más las mascotas del cascarón conocido como PRD y las de Dante Delgado, quienes se animaron a proponer una moción suspensiva del citado dictamen), mientras los dineros canalizados a las tres grandes cuan necesarias obras de infraestructura que ha impulsado el gobierno de López Obrador (aeropuerto Felipe Ángeles, Refinería Olmeca y Tren Maya) les provoca severo dolor hepático, tal vez porque quedaron fuera del negocio, acostumbrados ellos a que de todo gasto les “correspondía” una rebanada.
A coro, la “oposición” exige que “no toquenal INE”, algo que es entendible y para ella preo-cupante, porque un recorte presupuestal afectaría el buen vivir que tienen las empresas privadas disfrazadas de partidos políticos enquistados en dicho instituto (no se diga de la pandilla de los “cordoveses”), toda vez que año tras año se llevan una gruesa rebanada a la hora de repartir el botín, disfrazada de “financiamiento público” (“moche ya, maíz para todos).
Se niegan, pues, a que México cuente con la infraestructura que tanto requiere para su desarrollo, pero también es entendible pues de las tres grandes obras citadas no les tocó ni un cen-tavo, como acostumbraban en el régimen neoli-beral. Cómo olvidar que, por ejemplo, los panis-tas aplaudieron como focas cuando Felipe Cal-derón anunció (en no menos de cuatro ocasiones) la “construcción” de la refinería Bicentena-rio, la cual no pasó de una barda perimetral a medio levantar y acabó siendo una de las tantas tomaduras de pelo del Borolas y su pandilla, pero para efectos de “moches” fue una maravilla.
Pero la “oposición” terminará con severos problemas gastrointestinales, pues para aprobar el presupuesto de egresos sólo se requiere mayoría simple (50 por ciento más uno) y solo Morena cuenta con 252 diputados, número que aumenta a 307 si se incluyen los del Partido del Trabajo y el Verde. Por cierto, el presidente de la Comisión de Infraestructura de la Cámara de Diputados, Reginaldo Sandoval, dio en el clavo: “las críticas de la oposición por no autorizar el aumento (presupuestal) que solicitó el INE para 2023 no defienden al INE, sino a dos consejeros: Lorenzo Córdova y Ciro Murayama” ( La Jornada, Enrique Méndez).
Las rebanadas del pastel
Como diría el presidente López Obrador, “es mucho pueblo para tan pocos y corruptos e inmorales conservadores”.