Los Ángeles., Cuando Guillermo del Toro se propuso por primera vez hacer una versión oscura y animada de Pinocho hace 15 años, optó por ambientar su historia de títeres y sus amos que manejan los hilos en la Italia fascista de la década de 1930.
Los personajes de Geppetto y Pinocho fueron creados en una novela italiana de 1883 y luego popularizados por Disney. Pero en Guillermo del Toro’s Pinocchio, que se estrenará en Netflix en diciembre, viven en el mundo de Benito Mussolini.
“Quería (ubicar la película) un momento en el que comportarse como un títere fuera algo bueno”, señaló Del Toro a Afp en la alfombra roja del Festival del Instituto Estadunidense de Cine de este fin de semana en Hollywood.
Si bien el tema del fascismo podría parecer oportuno a la luz de la política mundial reciente, Del Toro sostuvo que la película era igual de relevante cuando concibió el proyecto hace años.
El fascismo “me preocupa porque es algo a lo que la humanidad parece volver”, afirmó.
“Siempre lo he visto. No sé si es el color de mis lentes, pero siempre lo veo”. El fascismo está “siempre vivo en el fondo... o en primer plano”, agregó.
Ganador del Óscar, presentó su versión de Pinocho a los estudios y productores de Hollywood durante años antes de que Netflix finalmente comprara los derechos en 2018.
“He estado luchando para lograrlo durante la mitad de mi carrera”, destacó Del Toro.
Si bien la historia explora los lazos entre padre e hijo, Del Toro quedó fascinado con el personaje de niño cuando su madre se lo presentó. Del Toro concluyó: “Es una película que me unió a mi mamá para toda la vida”.