China plantó pie con fuerza en América Latina. El país asiático, la segunda mayor economía del mundo, desplazó a Estados Unidos como el principal inversionista en prácticamente todo el cono sur de la región, una dinámica que irá en aumento a la luz de la decisión de Pekín –una vez realizado hace un par de semanas el congreso del gobernante Partido Comunista– de reforzar vínculos con Latinoamérica, plantearon especialistas.
La inversión extranjera directa (IED) de China en América Latina asciende a más de 171 mil millones de dólares, un crecimiento de 589 por ciento en la última década, es decir, casi siete veces.
Después del 20 congreso del partido comunista de China –realizado del 16 al 22 de octubre pasado–, especialistas coincidieron en la importancia de América Latina en el plan de crecimiento 2020-2035 del gigante asiático, pues aunque tras la pandemia el ritmo de inversión de China en Latinoamérica pudo desacelerarse por la necesidad de atender necesidades internas, el gobierno de ese país seguirá con su política de acercamiento en la región.
Datos del Centro de Estudios China-México (Cechimex) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) indican que la inversión directa de China en América Latina entre 2000 y 2021 asciende a 171 mil 854 millones de dólares, de los cuales 83 por ciento está en cinco naciones: Brasil (69 mil 958 millones de dólares) , Perú (29 mil 846 millones) , Chile (20 mil 465 millones), México (16 mil 920 millones) y Argentina (14 mil 864 millones de dólares).
Un dato revelador: en 2021, Brasil –la mayor economía latinoamericana– se convirtió en el principal destino de la inversión extranjera china en el mundo, con 5 mil 700 millones de dólares, orientados principalmente a los sectores de energía y tecnología; Países Bajos fue el segundo , con 4 mil 380 millones, y Colombia fue el tercer receptor, con 3 mil 800 millones de dólares, de acuerdo con el sitio China Global Investment Tracker. (https://bit.ly/3FMxltG)
Según revela información del Cechimex, la explosión de la inversión china en latinoamérica se dio en la última década, pues hasta 2012 la IED de China en nuestra región era de apenas 21 mil 761 millones de dólares, lo que significa que en 10 años se sumaron inversiones por aproximadamente 150 mil millones de dólares.
Eugenio Anguiano Roch, colaborador del Cechimex y primer embajador de México ante China (1972 -1976), señaló que tomando en cuenta el discurso del presidente Xi Jinping en el marco del reciente congreso del partido comunista, no habrá cambios en la política de China hacia AL e inclusive seguirá la política de acercamiento, usando como instrumento de proselitismo la llamada Nueva Ruta de la Seda, la cual es una red de infraestructura que pasa por los cinco continentes y, promete China, servirá para desarrollar regiones olvidadas. No obstante, hay quienes lo critican por considerar que es un “instrumento para dominar el mundo”.
Sea mediante este megaproyecto, o a través de otros, apuntó Anguiano Roch, la intención política de China seguirá siendo la misma: apoyar a países de América Latina, dado que uno de sus principales intereses es mantener un pie en la región para estar cara a cara con Estados Unidos, y “por lo menos en términos de simpatía, ya hay muchos gobiernos de Latinoamérica que tienen más confianza en China que en EU”.
Según datos de The Economist en un mapa mundial en el que se observa cómo estaba distribuido el comercio mundial hace 20 años y en la actualidad, destaca que en el año 2000 todos los países de América (con excepción de Paraguay), tenían a Estados Unidos como su principal socio comercial y ahora sólo México y Canadá continúan igual, mientras las grandes economías de la región como Brasil, Chile, Argentina, Uruguay, Perú y Bolivia han cambiado hacia el país asiático.
Al respecto, Fernando de Mateo, coordinador del diplomado sobre Negociaciones comerciales internacionales del Colegio de México (Colmex), recordó que tras la crisis mundial de 2009 China vio una oportunidad en la región, pues aprovechando que crecía a pasos acelerados ayudó a América Latina con el impulso al precio de las materias primas, situación que benefició a la economía.
A raíz de lo anterior, destacó el también representante permanente de México ante la Organización Mundial de Comercio, prácticamente todos los países de Sudamérica abrieron las puertas a China, al grado de convertirla en su principal socio comercial.
“China sacó adelante a América del Sur, por lo que no es casualidad que ahora sea el principal socio comercial del área, salvo de Colombia, pues este último, al igual que México, Canadá, Centroamérica y El Caribe, continúan teniendo en EU a su socio más importante.”
México debe acercarse más
De acuerdo con datos del Banco de México, las importaciones de México desde China asciende en promedio, a 110 mil millones de dólares, mientras sus exportaciones a esa nación son de apenas 15 mil millones, lo que significa que la relación es sumamente dispareja.
En este sentido, ambos especialistas coincidieron en qué México debe crear políticas que refuercen la relación con China, sin perder de vista que EU es y seguirá siendo su principal socio comercial.
De Mateo destacó que si bien la IED de China que ha captado México en 20 años es la cuarta más importante de la región, hay que tomar en cuenta que anualmente es de 400 millones de dólares, cifra insignificante respecto de los 30 mil millones que registra nuestro país en total cada año.
En este sentido, destacó que México debe buscar un programa que facilite el comercio y la inversión.
“En América del Sur, Chile y Perú tienen un tratado de libre comercio con China, eso les permite competir favorablemente con otros países. Costa Rica también tiene y Uruguay quiere buscar uno. Ahora Brasil, con el nuevo gobierno, lo más probable es que busque fortalecer aún más su relación con China, pues necesita crecer”, apuntó De Mateo.
Por su parte, Anguiano Roch, indicó que el hecho de que México pertenece a varios bloques comerciales hace creer que un acuerdo con China es innecesario y hasta contraproducente, porque podría chocar con intereses de su mayor socio; sin embargo, es necesario para diversificar su mercado y tener mejor acceso a otros como el japonés o el surcoreano.