En breve estará en circulación en la Unión Europea una moneda de 1.5 euros (unos 30 pesos) con la efigie de un arrogante ejemplar de cuerpo entero, muy bien armado, en homenaje al toro de lidia y apoyo a la fiesta brava para evitar la posible extinción de esta especie bovina por causa del cínico pero subsidiado animalismo antitaurino, que sueña con anular la naturaleza sanguinaria del planeta prohibiendo las corridas de toros como demagogo remedio. Con libertad, respeto y tolerancia, la belicosa Europa acepta que la unidad no puede existir sin la diversidad. El importante repunte de la fiesta en España contrasta con la pasividad del especulador monopolio taurino de México y los insostenibles criterios de jueces condescendientes con minorías demandantes pero ciegos y sordos frente a una tradición de siglos.
De no creerse la desinformación, incultura, insensibilidad y oportunismo con que actúan algunos virreyes, perdón, gobernadores mexicanos −escoja partido− al utilizar a la tradición taurina de nuestro país como rehén político de sus trastupijes (enredos, desacuerdos, revanchas, engaños con provecho), como si la fiesta de los toros fuera de su propiedad o del congresito en turno o de los taurinos, para disponer de ella a su antojo, y en vez de preservarla y fortalecerla como patrimonio cultural inmaterial del estado que pretenden gobernar, deciden prohibirla o degradarla, otorgando licencias de funcionamiento sin rigor de resultados taurinos.
Las democracias inmaduras se vuelven monárquicas y transforman el sufragio efectivo en dinastías irresponsables. En Coahuila fueron los priístas Moreira, en Zacatecas son los todavía morenistas Monreal, pero en ambas entidades, como en otras, la tradición taurina de México es socavada desde adentro por las propias autoridades y sus amigos, o enemigos, taurinos. Pobre fiesta, a merced de todos menos del toro.
Rodolfo Díaz Gómez comparte sus impresiones como testigo presencial de la actuación en solitario de Isaac Fonseca el pasado 2 de noviembre en la Monumental de Morelia: “Fonseca tiene que restructurar a la gente que le ayuda, primero tiene que conseguir un buen veedor de toros pues él o los que tiene no tienen idea de lo que son los toros con relación a la ganadería de donde salen; me enteré que sus representantes se están poniendo roñosos con los dineros y algunas otras condiciones. Ayer Isaac se vio sin recursos, monótono, le conté en los seis toros 53 chicuelinas y quiere comenzar a torear sin hacerse primero de los toros. Viajé a Morelia con mucha ilusión de ver a un torero que apenas es su séptima corrida pero ni por mucho cumplió con la expectativa que me creó, sin duda es muy valiente aunque su toreo fue sucio, esto es, consiguió muy pocos pases limpios”. Lo dicho, si su carrera quiere consolidar que regrese a España a la brevedad.
Como desdibujado remate, el antitaurinismo mitotero y la desconocedora declaración del señor Alfredo Ramírez Bedolla, metido a gobernador morenista del también agraviado estado −¿hay de otros?− de Michoacán, quien apoyado en el pensamiento único anglosajón y el consenso de Washington, afirmó recientemente: “Lamentamos (¿quiénes?) que el Congreso de Michoacán no haya prohibido las corridas de toros, una práctica cruel que hace espectáculo de la tortura y el sufrimiento de un animal”. ¿Estará enterado este gober compasivo de que en Morelia existen la biblioteca más completa y el mejor museo taurino del mundo o también los piensa prohibir? Ignorancia mata ideología, sin duda.
