La Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) estima que, tras la pandemia de covid-19, la crisis de aprendizaje se agudizó. Alerta que 70 por ciento de los niños de 10 años, en países de ingresos bajos y medios, no pueden leer ni comprender un tex-to simple.
Al respecto, directores y maestros de primaria destacan que en el primer diagnóstico de aprendizaje del ciclo escolar 2022-2023 “constatamos que sí hay pérdida de saberes básicos, en particular aquellos que permiten a los estudiantes seguir aprendiendo”.
Sin embargo, agregaron los profesores, “adquirieron nuevas habilidades que no contempla la curricula nacional, como el valor de la solidaridad, el trabajo en equipo y la importancia de ser parte de una comunidad. Son niños más resilientes y compasivos”.
Directores de escuelas prima-rias en la Ciudad de México indicaron que, al concluir el primer trimestre del ciclo escolar, “es evidente que arrastramos un déficit de aprendizajes, pero también hay mejoras en las estrategias didácticas de los maestros para facilitar a los alumnos la comprensión de nuevos conocimientos”.
Profesores frente a grupo, que solicitaron el anonimato, indicaron que “durante la modalidad a distancia aprendimos que es posible generar conocimiento no sólo en la escuela, también en casa, con las actividades cotidianas, como cocinar y estimar a qué temperatura puede hervir el agua o cómo se calculan las cantidades para hacer un pastel”.
En entrevista con La Jornada, destacaron que pese a los reportes internacionales de la Unesco, que en junio pasado lanzó el informe “La situación de la pobreza de aprendizajes mundial: actualización 2022”, elaborado de forma conjunta con el Banco Mundial y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, entre otros organismos, “no todo fue malo durante la pandemia”.
Destacaron que si bien los estudios internacionales aseguran que los cierres prolongados de escuelas y las estrategias desiguales de mitigación empeoraron la falta de igualdad en el aprendizaje de los niños, “existen mejores herramientas pedagógicas para hacer frente a esta pérdida de saberes, porque hubo una enorme transformación tanto en maestros como en alumnos”.
Los educadores señalaron que “se debe considerar no sólo aquello que se incluye como contenido educativo. Muchos de nuestros alumnos superaron situaciones críticas en casa. Son distintos a cómo eran antes de la pandemia, no dejan de ser niños, pero sobrevivieron a una situación límite y eso también les generó aprendizajes”.