Frente a los efectos de la pandemia de covid-19 en América Latina y el Caribe, como la pérdida de aprendizajes, que en algunas naciones de la región pueden llegar hasta los dos años de escolaridad, se deben fortalecer las acciones que “han dado resultado, como la transferencia económicas a las familias y los comedores escolares, que ante la crisis económica han tomado mayor relevancia para mantener a niños y adolescentes en las escuelas”, alertaron expertos.
Mercedes Mateo, jefa de la División de Educación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), destacó que se debe implementar una agenda de recuperación y transformación educativa, que permita no sólo la recuperación de aprendizajes, sino “elevar la productividad, pues ésta crece a un ritmo de uno por ciento anual en la región, por lo que no estamos agregando valor al trabajo”.
Al participar en el seminario virtual Hallazgos de política educativa en países con mejora de aprendizajes en el estudio ERCE 2019, convocado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), enfatizó que la recuperación educativa, “no puede verse de una forma aislada de la transformación que se debe emprender para elevar el desarrollo de habilidades entre niños y adolescentes, porque la idea no es volver a lo que teníamos antes de la pandemia”.
Por su parte, Axel Rivas, investigador experto en política educativa de la Universidad de San Andrés, Argentina, enfatizó que en los procesos de mejora se deben contemplar tres ejes centrales: las condiciones sociales y económicas que enfrentan los países; impulsar mejoras a los sistemas educativos de la región y generar las condiciones de sostenibilidad de dichas transformaciones.
Respecto a las condiciones de pobreza y desigualdad, Ciro Avitabile, economista en educación del Banco Mundial, destacó que se debe aprender de las naciones latinoamericanas que han dado buenos resultados en el uso de transferencias monetarias para reducir la desigualdad que enfrentan los estudiantes y sus familias. “Debemos construir sobre lo que sabemos hacer, hacerlo mejor y a mayor escala”.
Los expertos destacaron que “no se puede aprender si se tiene hambre, si se padece alguna enfermedad física o mental, o no se tienen condiciones mínimas para alcanzar el aprendizaje”. Por ello, enfatizaron que las condiciones sociales y económicas son factores centrales en los procesos de recuperación de los sistemas educativos de la región, pero también de su transformación.