Madrid. El pasado 24 de junio ocurrió la peor tragedia en la frontera española con Marruecos en más de cuatro décadas: 24 personas murieron aplastadas o por los golpes que recibieron de la policía marroquí cuando intentaron cruzar de forma masiva la valla de Melilla. Un documental elaborado por la cadena británica BBC no sólo cuestionó la versión del Ejecutivo español, integrado por la coalición del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y Unidas Podemos (UP), sino que además aportó pruebas gráficas en las que se verifica que varios migrantes murieron en territorio español y después fueron arrastrados a suelo marroquí para ser posteriormente enterrados en una fosa común y sin que se realizara una investigación fiable sobre los hechos.
Además se confirmó que el gobierno español sigue practicando de forma habitual las llamadas “devolución en caliente”, incluso a menores de edad y sin la más mínima tutela judicial, cuando ambos partidos en el poder se comprometieron a acabar con estas prácticas ilegales.
Desde que ocurrió la tragedia en junio pasado, cuando se generó una conmoción internacional ante las escenas de desgarro y dolor de miles de migrantes subsaharianos ateridos de frío, rotos de hambre y desesperados intentaron cruzar la sofisticada y electrificada valla de la ciudad española de Melilla, situado al norte de África, en la frontera de la ciudad marroquí de Nador. Ese muro fronterizo cuenta con un sofisticado sistema de seguridad, con cámaras de vigilancia, alambres de púas y un sistema de electrificación de 12 kilómetros con punzantes cuchillas.
Ese día, el 24 de junio pasado, más de dos mil migrantes, la mayoría procedentes de países en guerra del África subsahariana, intentaron cruzar de forma masiva la frontera y al menos 24 murieron en el intento, según la cifra oficial del gobierno marroquí. Ese mismo día se realizaron además centenares de devoluciones en “caliente”, es decir en la misma frontera y sin que hubiera un procedimiento legal con garantías, incluidos a varias decenas de menores de edad.
Las imágenes de aquel día conmocionaron a la opinión pública internacional y cuestionaron la política migratoria del gobierno español, que llegó al poder con la promesa de acabar con trato vejatorio a los migrantes africanos en su frontera, a no realizar más “devoluciones en caliente” e, incluso, a modificar la valla fronteriza para que su sistema de electrificación y cuchillas no provocara daños en las personas que intentan saltarla. Pero nada de eso ha ocurrido en los últimos cuatro años del gobierno de la izquierda española.
Un documental de la BBC realizado sobre todo en territorio marroquí confirmó lo que han venido denunciando diversas organización de defensa de los derechos de los migrantes sobre el terreno. Lo más grave son las imágenes en las que se ve a los agentes de frontera marroquí arrastrando como animales muertos a varios migrantes fallecidos en el salto masivo y que se encontraban en territorio español. Las autoridades y la Guardia Civil españolas no hicieron nada para evitarlo ni para investigar las circunstancias de los decesos.
La BBC señala a la “violencia extrema” de la policía marroquí a la causante de la muerte de las 24 personas, pero también a la pasividad de las autoridades españolas para evitarlo. De hecho en el documental se muestran a gendarmes marroquíes en territorio español reprimiendo de forma violenta, junto a policías y guardias civiles, a varios migrantes que lograron cruzar la valla para posteriormente detenerlos y devolverlos “en caliente” a Marruecos. A ninguno se les dio la oportunidad de solicitar asilo. Así lo relató la BBC: “Podemos ver cuerpos sin vida que son arrojados de un lado a otro, personas que sangran y agonizan, a las que parece que no se les ofrece asistencia”.
El ministro del Interior español, presidido por Fernando Grande-Marlaska, se negó a responder a las preguntas de los periodistas sobre el asunto. Su departamento se limitó a responder de forma “extraoficial” que el documental de la BBC no aporta “pruebas contundentes” sobre lo que denuncia.