Qué frescas décimas hace, hacía, pues ya murió ese Frino. Nos dejó, sólo un requiescat in pace. Brindo por él con tepache con tejuino y con pozol. Algo neblinoso el sol está, pero muy contento porque frinal el comento nos queda, el mejor sotol.
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Ya se murió Eugenia León, se la llevó la Catrina. Voz ninguna hubo más fina, pero así las cosas son. Se murió Eugenia… Ay, cabrón, ¿quién como ella cantará de la luz y alumbrará nuestro camino sin suerte? Vino por ella la muerte, mas su voz conmigo está.
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A Feliciano Carrasco la Calaca se llevó. Fue al Macario y se encontró de mezcales un atasco. ¿Tlayudas hay? Aunque masco y mastico muy, muy mal, creo que con algún mezcal de Chanita bienvenido me entretengo. Bien sabido es que el ambiente es cordial. Se entretuvo, pero cuál, no olvidó su cometido.
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Kevin y Zindu triunfaban una vez más, siempremente, pero la Muerte inclemente, ella es así, ¿dónde estaban, les dice, no que cantaban? Hoy pura armonía de huesos, inquietos, sí, aunque algo tiesos, son aquestos camaradas. Les tocó siete de espadas, de oros no. Tristes sucesos son los que canto, no aviesos. ¿Lo parecen? A trompadas con la de la azada fueron a agarrarse y no pudieron. Cuántas letras bien cantadas en la fosa se perdieron.
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Allá viene el Hueso, ve cómo sabe tanto y tanto, que, estremecido esperanto, no le entiendo. Pero sé que él mejor sabe que yo lo que cómo soportó mi cacumen no saber, me pregunto. Habrá que ver eso, si un tiempito queda, mas ya la Muerte se enreda en sus tobillos. ¿Qué hacer?
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Se nos murió aquel Patraka al que tanto la Calaca la vida le perdonó, porque, entusiasmada o no, en el poeta su flaca, dura figura encontró. Mi corazón no se aplaca, diz, desque me enamoré. Cómo acabará no sé este mi poeta escénico, para mí muy más que arsénico. Pero al fin me lo llevé.
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Ya se murió Serrat Juan o Joan, la cosa es cierta. La Muerte llegó a su puerta y, después de un tantantán (nadie abrió), pues ahí te van todos mis perros, Juanito. Hoy yo de ti necesito, como nadie antes, de ti. Por ti vine, vueltas di, antes de llegar; te quiero. Hoy te toca ser el cero, yo siempre infinito fui.