Madrid y Washington. Observaciones crepusculares con la cámara de energía oscura del Telescopio Victor M. Blanco, en Chile, permitieron detectar tres asteroides cercanos a la Tierra escondidos en el resplandor del Sol, uno de los cuales es el objeto más grande potencialmente peligroso para el planeta descubierto en los pasados ocho años.
Estos objetos próximos (NEO) a la Tierra son parte de una población escurridiza que acecha dentro de las órbitas de la Tierra y Venus.
Uno es un asteroide de 1.5 kilómetros de ancho llamado 2022 AP7, que tiene una órbita que algún día podría colocarlo en el camino de la Tierra. Los otros, llamados 2021 LJ4 y 2021 PH27, tienen órbitas que permanecen seguras completamente en el interior de la trayectoria de nuestro planeta. También de especial interés para astrónomos y astrofísicos, 2021 PH27 es el asteroide conocido más cercano al Sol. Como tal, tiene los efectos de relatividad general más grandes de cualquier objeto en nuestro sistema solar y durante su órbita su superficie se calienta lo suficiente como para derretir el plomo, según explica la investigación, publicada en The Astronomical Journal.
Al 2022 AP7 le toma un lustro dar la vuelta al Sol en su actual órbita, y su punto más cercano a la Tierra se mantiene a varios millones de kilómetros. Si bien el riesgo es muy pequeño, una colisión de un asteroide de ese tamaño “tendría un impacto devastador en la vida como la conocemos”, sostuvo el astrónomo Scott Sheppard, autor principal del hallazgo e integrante del Instituto Carnegie para la Ciencia.
La potencial amenaza viene del hecho de que, como cualquier objeto en órbita, su trayectoria se modificará lentamente por las innumerables fuerzas gravitacionales. Los pronósticos entonces son difíciles de hacer a largo plazo.
Agregó que el polvo que se levantaría en el aire tendría un enorme efecto enfriador, provocando un “evento de extinción como no se ha visto en la Tierra en millones de años”.
Ninguno de los alrededor de 30 mil asteroides de todos los tamaños que han sido catalogados como NEO amenaza la Tierra en los siguientes 100 años.
Según Sheppard, hay “entre 20 y 50 NEO enormes que falta encontrar, pero la mayoría está en órbitas ubicadas en el resplandor del Sol”.
Como preparación para el futuro descubrimiento de un objeto que implique mayor amenaza, la NASA llevó a cabo una misión de prueba a finales de septiembre en la que colisionó una nave espacial contra un asteroide, probando que es posible cambiar su trayectoria.