Guanajuato, Gto. Con un concierto emotivo y en favor de la vida, el grupo Caifanes clausuró este domingo en la Alhóndiga de Granaditas la edición de oro del Festival Internacional Cervantino (FIC). Ahí envió un mensaje de solidaridad por la tragedia que Corea, país invitado del encuentro cultural, atravesó este sábado.
El líder de la banda, Saúl Hernández, saludó a la nación asiática y le dedicó una canción con “cariño y amor”. Además, hizo patente su rechazo a los feminicidios y a la desaparición de personas y se manifestó en favor de que los niños “logren lo que quieren y nadie les haga daño”.
La jornada final del Cervantino contó también con los conciertos Sones de la costa, de las Hermanas García; uno del pianista Dmitry Maaslev y King’s Singers con Songbirds, así como las escenificaciones Jekyll al hielo, del actor de procedencia italiana Paolo Nani; Noone’s land, de la compañía griega Merlin Puppet Theatre, y Ten cuidado con lo que deseas, de Physical Momentum.
Antes de iniciar el concierto de Caifanes, las calles continuaban concurridas por transeúntes entre los que gran cantidad de personas ya llevaba maletas. En tanto, era larga la fila para acceder a la actividad postrera del Cervantino.
Bajo una Luna pequeñita, la ciudad de piedra disfrutó las últimas horas del FIC; quienes esperaban la presentación del grupo capitalino hacían llevadero el tiempo entre bromas y juegos de Uno.
Entre camisetas y recuerdos en venta, se escuchaban comentarios en este preludio a la despedida de Guanajuato. “¿A qué hora nos dejan entrar?”, gruñía un adulto en un callejón oscuro hasta donde se extendía la multitud. “Ya lo viviste en un sueño”, comenta una chica a otra. Un policía opinó sobre los asistentes: “Un madracísimo” de gente.
Al inicio de la presentación, Saúl Hernández agradeció el “cariño impresionante” de quienes arriesgan hasta ir al trabajo para asistir al concierto. “No tenemos palabras”.
Acompañado por Rodrigo Baills, Marco Rentería, Alfonso André y Diego Herrera, el vocalista destacó la invitación para “este hermoso encuentro, lleno de vida, cultura, creatividad, sueños y magia. La Ciudad de México es parte de este festejo. Nosotros venimos de ahí, somos chilangos”.
Reconocimiento al arte chilango
Pidió “un aplauso para toda la cultura y el arte que la Ciudad de México ha disparado al universo y que ha invadido todo el mundo”, con especial énfasis en los poetas Margarita Michelena y Octavio Paz, de quienes leyó escritos.
Durante el concierto, que incluyó la interpretación de unas 27 canciones durante dos horas y media, Hernández se refirió al feminicidio como un crimen “impresionante y perturbador.
“Como hombres pedimos perdón, una disculpa muy grande por nuestra estupidez. Hemos sido muy tontos, porque no hemos comprendido que necesitamos menos machos y más empatía.”
Sostuvo que “el grito más fuerte lo tienen ustedes, las mujeres. Lo más importante: por una mujer viva hoy es la gran lucha”, y guardó silencio para que se proyectará Canción sin miedo, de Vivir Quintana.
Saúl Hernández envió un saludo “a la gente que está en los balcones, en la calle, en las azoteas, y en azoteas más lejanas o cercanas al cielo”.
El público no dejó de corear los clásicos del grupo conformado hace 37 años y enardeció con la frase: “De noche todos los gatos son pardos”, en esta velada de diminuta Luna.
El punto culminante ocurrió con las más que conocidas La célula que explota y La negra Tomasa, seguidas de los coloridos fuegos artificiales que alumbraron el cierre del Cervantino dorado.