Ciudad de México. La mayoría de devotos de la Virgen de Guadalupe esperaron hasta ayer para visitarla en la Basílica por su día; cientos de miles se congregaron en el atrio mariano y en las inmediaciones del templo religioso, aunque la afluencia fue menor a la esperada por las autoridades capitalinas.

GALERÍA: Acuden miles de feligreses a la Basílica de Guadalupe.

Según la Secretaría de Gobierno, del primero al 12 de diciembre se dieron cita en el lugar 3 millones 500 mil personas, cuando se esperaba que entre el viernes y el domingo llegaran 4 millones 200 mil feligreses.

Dentro de la Basílica, mientras el cardenal Carlos Aguiar Retes explicaba que “la sexualidad es una herramienta al servicio del amor”, y por ende éste “es más que la sexualidad”, y que la sexualidad “es un camino y el amor la meta”, familias guadalupanas con un sinnúmero de infantes e incluso bebés se arremolinaban en el atrio del recinto.

Algunos atendían al sermón que se escuchaba por las bocinas, pero la mayoría se tomaban fotos grupales y selfies frente al templo. Otros subían el cerrito que está junto al Museo de la Basílica o descansaban, y algunos danzantes hacían lo propio.

En el día de la Guadalupana, el también arzobispo primado de México ofició la misa de las rosas en el contexto del 490 aniversario de la solemnidad. La ceremonia presencial (también se transmitió por redes) tuvo aforo reducido, debido a la pandemia de Covid. Sólo se permitió la entrada de mil personas sentadas con sana distancia.

Ese trayecto para “saludar” a la Virgen el sábado por la tarde se hacía en unos 15 minutos; ayer se realizaba en promedio en unos seis minutos. La dinámica fue la misma: entrar por las rejas que dan ingreso al templo y luego pasar por un área del atrio, ingresar por un costado a la Basílica y pasar sin detenerse por las bandas eléctricas que están frente a la imagen. Los peregrinos tomaron fotos, videos, selfies y hacían transmisiones en vivo en sus redes sociales, aunque el personal los instaba a no detenerse.

A diferencia del sábado, ayer se permitió estar en el atrio, subir al cerrito y en forma reducida a misa, y se continuó con los flujos de fieles que pasan a “saludar a la Virgen”, sin tener acceso al área de bancas.

Como en otros años, se vieron muestras de solidaridad de los vecinos hacia los peregrinos. Hay personas que invierten algo de sus pocos recursos para proporcionar comida a decenas de peregrinos que cada año asisten a la Basílica.

Es el caso de la familia de Julieta y Martín, quienes junto con sus sobrinas y nietos distribuyeron tacos de arroz con mole y pollo y agua de jamaica en el paseo Zumárraga, en las inmediaciones de calzada de Guadalupe.

Ante una fila interminable de peregrinos, la familia no se daba abasto haciendo los tacos de mole y arroz que la pareja preparó por la noche y en la que invirtió 5 mil pesos, ahorros de todo el año.

Con esos recursos compraron seis kilos de arroz, siete de tortillas, un sinnúmero de paquetes de platos y vasos desechables y elaboraron varias ollas de agua de jamaica. Pagaron un taxi para trasladarse del barrio de Tacuba a calzada de Guadalupe y avenida Talismán, donde este domingo regalaron comida a los peregrinos desde las 10 de la mañana.

El gobierno local reportó saldo blanco en el operativo desplegado en la zona, durante el cual se proporcionaron mil 873 atenciones médicas, ninguna relacionada con Covid-19, y fueron localizadas 12 personas reportadas como extraviadas. La celebración dejó una derrama económica de 210 millones de pesos.