25 de diciembre de 2023. La plaza del Pesebre y la iglesia de la Natividad, ubicadas en el centro de la ciudad palestina de Belén, en la Cisjordania ocupada, es una sombra de lo que, hasta el año pasado, significaba en las celebraciones navideñas. Las tradicionales misas, el árbol enorme, los peregrinos, los niños exploradores y sus villancicos desaparecieron en una de las urbes más sagradas de la cristiandad. Los militares israelíes cerraron el principal puesto de revisión a la entrada de Belén, según por razones de seguridad para evitar el acceso a la ciudad bíblica para muchos palestinos. Y así, se canceló la Navidad, con algunas manifestaciones a favor de la población en Gaza. En tanto, un grupo militante palestino informó ayer que más de 200 habitantes murieron en las 24 horas previas al reporte por los incesantes bombardeos y la operación terrestre israelí. A la par, la violencia estalló en la Cisjordania ocupada, donde las incursiones israelíes son frecuentes y devastadoras en urbes esenciales, acciones que según los militares son operaciones de contraterrorismo
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