Miércoles 29 de octubre de 2025, p. 36
La devoción por el llamado santo de las causas difíciles, San Judas Tadeo, desbordó miles de peregrinos, devotos y familias, quienes desde la mañana del martes acudieron hasta el templo de San Hipólito, ubicado sobre Paseo de la Reforma y avenida Hidalgo, en la colonia Guerrero, para manifestar lo que la fe significa para ellos.
No sólo es pedirle ayuda, sino demostrarle, según contaron asistentes, lo que ellos hacen por él en forma de agradecimiento. Desde las primeras horas de ayer la iglesia lució abarrotada de personas que buscaban presenciar las primeras misas y bendecir altares y efigies.
Conforme pasaron las horas, la gente continuó arribando a pie, en Metro, auto o bicicleta, en medio de un operativo especial de resguardo de feligreses, quienes vitoreaban y llamaban a porras para el santo.
Hoy la cultura popular capitalina lo ha adoptado como emblema de ayuda para causas difíciles, arropado en los barrios donde se realizan colectas, mandas y se instalan altares como forma de protección.
Las historias de fe fueron desde la ayuda para que un familiar convaleciente en un hospital sane, hasta situaciones que van más allá de lo razonable: “me ayudó a salir de problemas económicos”, “a pasar un momento complicado con mi pareja”".
Luis caminó desde Tepito hasta San Hipólito “para festejar al festejado” y porque lo apoyó en una cirugía de apéndice que se le complicó; “la verdad no la pasé muy bien, yo sé que no es una operación que digas es mortal, bueno sí, si no llegas a tiempo”.
 
        A los tres días salió del hospital, por lo que este año ese fue el motivo para acudir este 28 de octubre, a pesar de que nunca ha faltado desde hace 10 años para celebrarlo.
Afuera del templo desfilaron algunos solitarios cargando un San Judas de yeso, sin importa el peso; otros se atrevieron a cargar hasta 80 kilos, más algunas bolsas con pulseras para entregar a los fieles.
A Darío, su fe lo llevó a entregar comida para toda la gente, y a pesar de que los policías capitalinos le indicaban que debía apurarse, pues su vehículo no podía permanecer estacionado, la fila de personas que buscaban un taco de canasta fue larga.
“¿Qué regalan?”, preguntó a la gente ya formada. No faltaron los vivos que le decían que su esposa estaba en muletas más atrás y que necesitaban varias charolas de tacos.
“Paciencia”, pidió Consuelo a las personas que tomaban el tiempo por estar bajo el sol inclemente esperando ingresar a misa. Ella llevaba puesta la vestimenta de San Judas y no le ganó la prisa por formarse para poder cumplir con este acto de fe.
En la alcaldía Gustavo A. Madero también se registró alta presencia de devotos, con cierres viales en las inmediaciones de avenida Instituto Politécnico Nacional.
 
       
	
       
 
     










 
      
	          
	       