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Cervantino 2025
Una Eva y un Adán desafía en escena la representación digital de la desnudez

La propuesta coreográfica del danés Palle Granhøj se presenta hoy y mañana en el teatro Cervantes, en el corazón de Cuévano

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▲ Los bailarines Sofia Pintzou y Mikolaj Karczewski protagonizan el montaje.Foto cortesía de la compañía Granhøj Dans
 
Periódico La Jornada
Martes 14 de octubre de 2025, p. 2

El fruto prohibido se consume con apetito voraz y sudoroso en Una Eva y un Adán, propuesta coreográfica del danés Palle Granhøj, quien desafía las convenciones al presentar la desnudez corporal como contrapunto a la imagen distorsionada que se proyecta en las redes sociales en estos tiempos.

La obra, interpretada por Sofia Pintzou y Mikolaj Karczewski, de la compañía danesa Granhøj Dans, se presenta hoy y mañana en el 53 Festival Internacional Cervantino (FIC), en el teatro Cervantes.

El creador nos transporta al origen de los tiempos y juega con el uso de la luz a lo largo de la obra, para mostrar la desnudez natural de dos cuerpos y las formas de representación adquiridas en la cultura digital.

Luego de su presentación en el Festival Cultural UNAM, en la Ciudad de México, la creación de Palle Granhøj sobre la historia de los primeros seres humanos en la Tierra, llega finalmente a Cuévano.

“La dramaturgia de la pieza”, explica en videoconferencia el coreógrafo danés, “se basa más en la música y la belleza que en una historia, porque no estoy creando una obra de teatro. Sin embargo, una vez que las personas ven la propuesta y vienen con toda clase de interpretaciones, lo cual me parece muy interesante, todo se reduce a la interacción que ocurre entre dos personas en el escenario.

“Cuando llegó el momento del estreno, no sabía lo que pasaría, pero después de ver la escenificación, noté que se trata de una historia humana, sin que realmente haya sido esa la intención.”

Granhøj Dans, una de las compañías danesas de danza más conocidas internacionalmente por su profesionalidad y originalidad, estrenó Una Eva y un Adán en 2019, justo antes de la pandemia de covid-19.

En palabras del coreógrafo, la pieza surgió de forma natural al cuestionarse cómo se ve la desnudez en su país y en otras culturas, pues ha tenido la fortuna de realizar giras con esa coreografía.

“En Dinamarca, cuando éramos jóvenes, estábamos desnudos en la playa todo el tiempo; nos sentíamos libres. Ahora los adolescentes no se atreven a quitarse la ropa cuando están cerca de otras personas, sobre todo teniendo los celulares cerca”, comentó el fundador de la agrupación dancística.

Además, consideró que era momento de crear una obra que mostrara por completo un desnudo todo el tiempo, sin tapujos ni artificios.

Sólo son cuerpos

A pregunta de La Jornada, Palle Granhøj dijo que los desnudos en escena van más allá de la reacción de la gente; aclaró que Una Eva y un Adán no es pornografía. “En los primeros minutos de la obra verán las partes que no son normales ver en el día a día, pero después se sentirán relajados con la desnudez que se muestra en el escenario; son cuerpos tal cual somos”.

Refirió también que la sexualización del cuerpo masculino o femenino en anuncios publicitarios o en redes sociales, no es bueno para los jóvenes y su percepción de la desnudez. “Soy un hombre mayor y estoy seguro de que conforme pasen los años volverá a cambiar la dirección de cómo se ve la belleza y será más positivo. No estoy seguro de que esta obra cambie al mundo, pero es una linda idea que así fuera”.

Granhøj ha sido acreedor al reconocimiento del público y de la prensa tanto en su país de origen, Dinamarca, como en otras partes del mundo. Durante 20 años ha realizado producciones exitosas.

“Para mí, la danza es algo completamente humano. Los bailarines son seres puros que se muestran dentro del escenario, comunicándose directamente con la audiencia, y espero que la obra sea del agrado de la gente, sin tomar en cuenta el mundo digital, que está totalmente ensuciado y sin pureza”, explicó el creador.

En torno al proceso creativo de la pieza, Palle comentó que sólo en los ensayos y en la primera función hubo vulnerabilidad, “porque fue el momento en el que los intérpretes debían asimilar todo lo que estaba ocurriendo”.

Expresó sentirse “ansioso” sobre la respuesta del público mexicano, y recordó que algo similar le sucedió en China, donde está prohibido el desnudo; sin embargo, la reacción de las personas fue exactamente igual que en otros países.

“La percepción general ha sido similar en los países en los que hemos presentado la obra; estoy seguro de que en México será igual, aunque estoy un poco nervioso”, agregó.

Una Eva y un Adán se inspira en la práctica desarrollada por la compañía Técnica de la Obstrucción. El método, dicho en pocas palabras, implica obstruir por diversos medios el libre movimiento de los bailarines, con la finalidad de descubrir posiciones inesperadas, develar aspectos de su vida interior y lograr una presencia escénica más honesta y de mayor fuerza.

Por ejemplo, señaló: “el intérprete lleva un material, que debe ser obstruido o bloqueado por el otro bailarín. Es decir, si uno extiende la mano, el otro, lentamente, lo bloquea para evitar que ese movimiento fluya”.

Son ideas en las cuales Granhøj ha trabajado por años, porque no está consciente de dónde está su mente, sino que si ve algo que le gusta en el salón de ensayos, lo traslada al escenario. Explicó que también hay proyectos que surgen en colaboración con los bailarines, como el uso de la manzana en la pieza que interpretan en México.

Una Eva y un Adán se presenta en el FIC hoy y mañana a las 17 horas, en el teatro Cervantes, en Guanajuato. El viernes se ofrecerá una función a las 20 horas en el teatro María Grever, en León, dentro del Circuito Cervantino.