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El Papa de los excluidos

Compartió sus angustias, sufrimientos y esperanzas

Francisco, despedido por los marginados a quienes amparó

En el sermón, el cardenal Giovanni Battista retomó los temas políticos impulsados por el jerarca católico

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▲ El funeral en la Plaza de San Pedro.Foto Ap
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▲ El cardenal Giovanni Battista Re bendice el féretro.Foto Ap
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▲ Los restos del Papa vuelven al interior de la Basílica de San Pedro al concluir la misa.Foto Ap
 
Periódico La Jornada
Domingo 27 de abril de 2025, p. 2

Ciudad del Vaticano. El papa Francisco ya descansa en la Basílica de Santa María la Mayor, junto a otros siete papas, después de que su féretro fue enterrado ayer, como era su deseo, en este templo en el corazón de Roma. Antes de entrar al templo, un grupo compuesto por unas 40 personas, entre ellas pobres, presos, transexuales, sin techo y migrantes, esperó el ataúd en la escalinata de acceso mientras sostenían una rosa blanca en la mano.

Los invitados especiales, organizados por la asociación benéfica Caritas del Vaticano y la comunidad de Sant’Egidio, recibieron su ataúd en representación de los grupos marginados a los que Francisco dio prioridad como papa. Los pobres tienen un lugar privilegiado en el corazón de Dios. Los últimos serán los primeros, citó la Sede de Roma al explicar la elección.

A su entrada en la basílica se colocó la cabeza de Francisco en dirección a la imagen de la virgen como señal de respeto.

Unas 400 mil personas asistieron al funeral y decenas de miles más se alinearon a lo largo de la ruta del cortejo fúnebre. Aplaudían y gritaban papa Francesco al paso del sencillo ataúd de madera, que circuló por las calles de Roma a bordo de uno de sus papamóviles.

Durante la homilía, el cardenal italiano Giovanni Battista Re pidió que se proteja a los migrantes, se ponga fin a las guerras y se tomen medidas contra el cambio climático global, los temas políticos favoritos de Francisco, ante más de 50 líderes mundiales que asistieron al funeral, entre los que figuraron Donald Trump, Volodymir Zelensky, Emmanuel Macron, Keir Starmer, Javier Milei, Giorgia Meloni, Ursula von der Leyen, Luiz Inácio Lula da Silva, Daniel Noboa y el ex presidente estadunidense Joe Biden.

Battista repitió una de las críticas más severas de Francisco a Trump al pedir que se construyan puentes, no muros. El magnate y el Papa intercambiaron críticas durante más de una década, principalmente en relación con el llamado del pontífice a la compasión hacia los migrantes, a quienes el republicano ha intentado deportar en repetidas ocasiones.

Trump destacó por usar traje y corbata azules, pese a que todos los mandatarios portaban un negro impoluto, incluida su esposa, Melania. En redes sociales criticaron la elección del mandatario por ser poco respetuosa con la ceremonia.

Hoja de ruta

El sermón de Battista, escuchado por una audiencia global de millones de personas, contenía un fuerte mensaje político para los dirigentes nacionales y una contundente comunicación interna para los cardenales católicos del mundo. Para los aproximadamente 135 purpurados que pronto tendrán la tarea de acudir a un cónclave secreto para elegir al próximo papa, también fue una posible hoja de ruta sobre cómo deberían comenzar sus deliberaciones.

En lenguaje espiritual, el prelado de 91 años dio un mensaje sencillo: no hay vuelta atrás. Francisco, el primer pontífice de América Latina que atrajo la atención mundial durante sus 12 años de papado, había estado atento a los signos de los tiempos y a lo que el Espíritu Santo estaba despertando en la Iglesia.

Rico en calidez humana y profundamente sensible a los desafíos de hoy, el papa Francisco compartió verdaderamente las angustias, los sufrimientos y las esperanzas de este tiempo, aseveró el reverendo. Tocó los corazones de la gente, agregó, de manera directa e inmediata.

Después del entierro comenzarán oficialmente los preparativos para el proceso centenario de elección de un nuevo papa: un cónclave que probablemente comenzará en la primera semana de mayo. Mientras, el Vaticano estará en manos de un puñado de cardenales, incluido Battista, que organizará la votación secreta en la Capilla Sixtina.

Fuera de la tradición

Francisco rompió la tradición reciente y fue enterrado en la Basílica de Santa María la Mayor, cerca de la estación principal de tren de Roma, donde lo espera una simple tumba subterránea cuya lápida tendrá sólo su nombre: Franciscus.

Incluso antes de convertirse en papa, Francisco tenía un cariño especial por Santa María la Mayor. El templo alberga una imagen de estilo bizantino de la virgen, la Salus Populi Romani, a la que el argentino era particularmente devoto, tanto que iba a rezar ante ella antes y después de cada uno de sus viajes al extranjero como papa.

La elección de la basílica también tiene relevancia simbólica dados sus lazos con la orden religiosa a la que pertenecía Francisco. San Ignacio de Loyola, quien fundó los jesuitas, celebró su primera misa en el templo el día de Navidad de 1538.

Durante tres días esta semana, más de 250 mil personas hicieron fila durante horas para dar su último adiós al Papa en la capilla ardiente instalada dentro de la Basílica de San Pedro. El Vaticano mantuvo el templo abierto durante la noche para dar cabida a todos, pero no fue suficiente. Cuando el Vaticano cerró las puertas de la iglesia al público a las siete de la tarde del viernes, los dolientes fueron desalojados en masa.

Ayer al amanecer, estaban de vuelta y listos para darle un último adiós, algunos recordando las palabras que pronunció la misma noche de su elección y a lo largo de su papado. “Estamos aquí para honrarlo porque siempre decía ‘no se olviden de rezar por mí’. Así que también estamos aquí para darle este amor que él nos dio”, recalcó la hermana Christiana Neenwata, de Biafra, Nigeria.