El Centro Histórico de la CDMX se convirtió en una gran pista, donde resonaron cumbia, salsa, guaracha, rumba y el son montuno

Domingo 27 de abril de 2025, p. 6
Con una multitudinaria coreografía de son montuno, que se realizó a lo largo de la calle 20 de noviembre, desde el Zócalo hasta Izazaga, se deleitó y asombró a miles de asistentes al Homenaje a Tongolele y a los Clubes de Baile, en el contexto del Día Internacional de la Danza que se celebra el martes.
Después de organizar a la infinidad de personas, a los grupos de baile, así como a cientos de participantes, en varias filas hasta llegar a Izazaga, apareció en el escenario –colocado en la esquina de 20 de noviembre y el Zócalo– la doble de Tongolele, quien emuló los movimientos rítmicos y sensuales de Yolanda Montes, fallecida en febrero pasado.
A las 18 horas, cuando ya estaban acomodados alrededor de 3 mil bailarines a lo largo de la calle, comenzó la cuenta regresiva en voz de Ana Francis Mor, titular de la Secretaría de Cultura capitalina, y enseguida resonó la música y los participantes empezaron a montunear. Los miles de cuerpos, que se distinguieron con listones amarillos y rosas en las muñecas, se movieron al ritmo que marcó el vinilo, candentes los cuerpos demostraron que el baile es vida y la coreografía se repitió en una segunda ocasión. El sonido montuno unió almas y cuerpos en un solo fin: el baile.
Participaron maestros e integrantes de diversos clubes, casas de cultura y faros, entre otros colectivos, nacionales y de Estados Unidos, así como los que quisieron sumarse al baile masivo, el cual se ensayó durante un mes sobre la calle 20 de noviembre en diversos horarios, explicaron representantes de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México. La coreografía fue un ensayo previo en la búsqueda del Récord Guinness.
El amplificado sonido de las bocinas, los vinilos que tocaron la mayoría de los sonideros, la infinidad de cables y sus características voces que hacían eco en toda el área contribuyeron a atraer más personas, que incluso fueron de compras o realizaron otras actividades, pero se quedaron a disfrutar del evento multitudinario.
Ritmo, sabor y gozo
El gran festejo comenzó antes de las 4 de la tarde, cuando se dio rienda suelta al raspado de la chancla
en la gran pista de baile que se convirtió esa emblemática calle, donde vibró la cumbia, la salsa, la guaracha, la rumba y el son montuno con los sonideros que con ritmo, sabor y gozo
dieron brillo al Homenaje a Tongolele y a los Clubes de Baile.
La finalidad establecida por la Secretaría de Cultura local fue festejar a la danza a lo largo de toda esa avenida, transformada ayer en una gran pista, donde se armó un gran bailongo.
Asistieron cerca de 30 grupos sonideros, encabezados por Lupita La Cigarrita y el Colectivo Las Musas, además de 78 agrupaciones de baile, entre otros, que llegaron por separado, a fin de dar rienda suelta al cuerpo, a sus mejores coreografías y meneos, cobijados por la presencia de cientos –quizá miles– de personas que transitaron por la plancha de asfalto y otros que asistieron por mero gusto a este tributo a la mítica Tongolele.
El homenaje se hizo extensivo a aquellos que gozan y viven la vida
con el placer del baile, el cual se prolongó hasta la medianoche en este vibrante y concurrido punto del Centro Histórico.
No sólo el intenso calor y el sofocante sol fueron marco inicial del convocado baile sonidero masivo. Hubo coloridos atuendos caribeños y rumberos, entre otros vestidos cortos y entallados, pero también ropa blanca y roja o azul, además de vistosos sacos y sombreros que sobresalieron a lo largo de la calle 20 de noviembre, portados por quienes llegaron a divertirse e incendiar el lugar con sus movimientos corporales. Y afortunadamente el viento aligeró el caluroso ambiente.
El deambular de las personas fue frenético, pues llegaron a unirse quienes estaban en las actividades del Zocalito de las Infancias con quienes asistieron al festejo dancístico, creando un espectro multicultural.
El espacio público se transformó con el repertorio sonidero de Ángel Campos, Changa Junior, Sonido Duende, Sonido Descarga Antillana, Sonido Antillanos y Fiesta Bacana, entre muchos otros que amenizaron hasta las 12 de la noche.
A quienes no pudieron asistir o no supieron del gran de baile, pero su pasión es dar brillo al piso, tendrán otra oportunidad el martes, cuando se instalarán sedes en plazas públicas con música de distintos géneros para que vecinas y vecinos acudan a bailar de 17 a 20 horas. Las pistas se ubicarán en el Parque Tezozomoc, en Azcapotzalco; el Jardín Hidalgo, en Coyoacán; el kiosco de la Alameda Central, en Cuauhtémoc; el Jardín Xochimilco; el Jardín Madero, en Gustavo A. Madero; el kiosco de San Nicolás Totolapan, en Magdalena Contreras, y la Plaza San Matías, en Iztacalco.