El espacio celebra hoy con un festival protagonizado por los chicos // Habrá actividades que darán un nuevo significado al vínculo entre arte, infancia y comunidad

Domingo 27 de abril de 2025, p. 2
Ranas de papel, nahuales escondidos entre la piedra volcánica, burbujas flotando sobre el cielo de Coyoacán e instrumentos musicales modelados con las manos de niños que escuchan, tocan y bailan. Todo eso y más se reunirá hoy en la segunda edición del Festival de las Infancias del Museo Anahuacalli.
Se trata de un acto cultural con sentido, que reconoce a los pequeños como protagonistas, y no como público decorativo.
La propuesta trasciende el calendario escolar o el homenaje tradicional en el Día del Niño. En palabras de Julio Saldierna, coordinador de actos del recinto fundado por Diego Rivera, este festival es el resultado de una búsqueda consciente por resignificar el vínculo entre el arte, la infancia y la comunidad.
Antes lo llamábamos Festival del Día del Niño y la Niña. Hoy preferimos llamarlo Festival de las Infancias, como una reivindicación cultural y artística que no infantiliza, sino que dignifica.
Saldierna recordó con claridad la primera edición posterior a la pandemia de covid: Teníamos miedo de que nadie viniera, pero lo hicimos con cariño. Fue una especie de ensayo emocional: ¿qué quieren las niñas y niños después de lo vivido? Descubrimos que quieren lo mismo que siempre han deseado: jugar, crear, ver algo nuevo, entender lo viejo, bailar, imaginar, hacer preguntas
.
A partir de esa experiencia, surgió una curaduría más reflexiva. El programa de este año apuesta por actividades que conectan el arte con la naturaleza, el juego con la memoria y el cuerpo con la imaginación.
La jornada comienza al mediodía con la actividad Ranas por todos lados, seguida de la creación de instrumentos musicales inspirados en las piezas prehispánicas de la colección de Diego Rivera.
Muchos niños no saben que nuestros antepasados tenían instrumentos musicales que se usaban para celebrar, sanar y contar historias. Queremos que los conozcan, los fabriquen y luego los escuchen en vivo
, añadió Saldierna.
La música se convierte en hilo conductor. Tras el taller de instrumentos, sigue un espectáculo de burbujas al aire libre. Es algo que muchos adultos recordamos de nuestra infancia: burbujas en los parques, una forma sencilla y mágica de alegría. Recuperar ese momento también es sembrar una memoria compartida
, señaló el coordinador.
A las 16 horas, se presenta la obra de teatro Guille y el nahual, historia que fusiona aventura con cosmovisión ancestral, a cargo de la compañía Tribu Producciones en la Plazuela Ruth Rivera. La jornada culminará a las 18 horas con un concierto del grupo Jammy, diseñado para cantar, bailar y contagiar energía.
Pero el programa no se limita al cartel del día. Entre la arquitectura de basalto y los caminos vegetales, el Anahuacalli es más que un contenedor de objetos: es un espacio simbólico que invita a habitar el presente con memoria.
Tenemos una reserva ecológica viva. Eso nos permite trabajar desde la experiencia, desde el cuerpo, desde la tierra. No es un museo donde sólo se va a mirar. Aquí se toca, se huele, se imagina, se corre.
Además, Saldierna insistió en que cada actividad dialoga con la identidad del lugar: “Todo está pensado desde lo que somos. Las ranas no son decoración: eran queridas por Rivera. Los instrumentos prehispánicos no son adornos: son la música del pasado que sigue viva. Los nahuales no son mitos muertos: son preguntas abiertas que siguen vibrando.
“El festival se convierte así en una celebración del derecho a la cultura, pero también en una invitación a imaginar futuros posibles a través del arte, la convivencia y la escucha. Porque ‘las infancias’ no son un tema, sino una presencia. Hay quienes hacen cultura para adultos y creen que hacer cultura para niños es sólo bajar el volumen. Nosotros creemos lo contrario: hay que subir el volumen, complejizarla, ponerle sentido, color y raíz.”
La segunda edición del Festival de las Infancias se realizará hoy en el Museo Anahuacalli (Museo 150, colonia San Pablo Tepetlapa, alcaldía Coyoacán).
Se recomienda llegar temprano, llevar agua, curiosidad y muchas ganas de moverse.