Capital
Ver día anteriorDomingo 27 de abril de 2025Ediciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Plaza de arte
E

stos días luce muy bella la Alameda Central con sus jardines bien cuidados, los andadores y sus fuentes con juegos de agua que en esta canícula hace felices a chiquillos que no resisten un chapuzón.

En su costado norte se encuentra la Plaza de la Santa Veracruz, una de las más hermosas de la ciudad. La rodean magníficas construcciones: la iglesia de la Santa Veracruz y la de San Juan de Dios, y entre ambas están los museos Franz Mayer y el Nacional de la Estampa (Munae); cada una con su estilo arquitectónico muy distinto, lo que no quita al conjunto una gran armonía.

La mosquita en la sopa es el descuido de las fuentes que adornan la plaza, que están sin agua, el pavimento maltrado y los jardines mal cuidados. Pero sigamos con lo grato. Hoy vamos a visitar el Museo Nacional de la Estampa, que fue creado en 1986 con el objetivo de promover y difundir la obra gráfica de artistas mexicanos y extranjeros.

La elegante mansión decimonónica ahora nos deleita con la exposición El mundo inmaterial: Joy Laville, que exhibe por primera vez una retrospectiva con obra gráfica de la pintora y escultora inglesa nacionalizada mexicana fallecida en 2018.

Hace un par de años, el Museo de Arte Moderno (MAM), para celebrar el centenario del nacimiento de Laville, organizó una destacada exposición con pinturas, dibujos y esculturas. Poco se conoce que también desarrolló una vasta producción de obra gráfica desde que llegó a nuestro país, en 1956.

En esta muestra, integrada por 126 piezas, se aprecian obras realizadas en serigrafía, litografía, aguatinta al azúcar, aguafuerte y a la poupée. También hay algunos óleos, acrílicos esculturas, murales y audiovisuales. Asimismo, hay portadas de libros de su marido, el destacado escritor Jorge Ibargüengoitia, quien falleció en un accidente de aviación. En muchas de sus obras aparece un lejano avioncito en el paisaje azulado. También se puede ver la última portada que Laville ilustró con uno de sus grabados para la novela Cochabamba, de su amigo escritor Jorge F. Hernández

Los trabajos que vemos aquí forman parte del acervo del Munae y de la colección de Trevor Rowe, hijo de la artista que llegó con ella a México cuando tenía cinco años. Esas obras las resguarda la Galería de Arte Mexicano.

La curadora Lilia Prado Canchola explica que el título de la exposición tiene que ver con la conceptualización del trabajo que Laville proyectó en sus obras: Un mundo muy personal que es parte de su imaginación, inspirada en motivos de la vida cotidiana que hicieron eco en ella y que después plasmó de una manera muy íntima, resaltando su lirismo con emociones.

Cuando escribimos la crónica sobre la exposición del MAM, mencionamos que es una obra bella y profunda que transmite serenidad y a la vez incita a la reflexión. Auténticamente, después de verla, el alma se serena.

La muestra consta de cuatro núcleos temáticos: Sucesos cotidianos; Zona liminal, en la que el avión es protagonista; Escenas interiores intimistas, y Paisajes exteriores. La infuencia en su trabajo de la cultura mexicana, la naturaleza y la figura femenina se reflejan en la simplicidad de las cosas ordinarias, misma que abordó con una elaboración compositiva y técnica que redujo al mínimo las figuras y los planos.

Para apreciar con profundidad la obra de Laville no hay que perderse el conversatorio Joy Laville en la gráfica, que se va a realizar dentro del programa Noche de Museos el próximo miércoles 30, a las 18:30 horas. La entrada es gratuita. Van a participar el pintor, grabador, impresor y editor de obra gráfica Enrique Cattaneo; el curador José Valtierra; Lilia Prado, curadora de la muestra, y como moderador, el director del Munae, Emilio Payán, a quien felicitamos por esta interesante exposición.

Antes de ir a verla, nos reunimos a desayunar en el restaurante El Cardenal de la Plaza Manuel Tolsá, que luce un gran mural que muestra cómo era ese lugar en el siglo XVIII, en el que aparecen personajes relevantes del arte, la cultura y las letras de varios siglos. Su autor es el talentoso pintor-cronista, Rafael Guízar, quien ha dedicado su vida a plasmar en acuarelas dibujos y óleos, la arquitectura y la vida del Centro Histórico.

El festín comenzó con el chocolate de la casa para sopear el pan dulce recién horneado y nata fresca. Después de una pausa, un almuerzo mexicano en serio: huevos rancheros con salsa de chapulines, omelete de huitlacoche, enchiladas de cochinita pibil y un buen café, ¿se puede pedir más?