China: cómoda delantera // Trump: derrota anunciada // Marcas de lujo al desnudo

irculan demoledores videos en la red social X en los que productores chinos desnudan a las grandes firmas internacionales de lujo
dedicadas a explotar la frivolidad de los consumidores, a quienes no sólo les exprimen los bolsillos, sino que les hacen creer que poseer una bolsa femenina de 50 mil dólares, tenis internacionalmente famosos por 10 mil o cualquier otra chuchería valorada en decenas de miles de billetes verdes los hacen socialmente privilegiados
. En los hechos, sí son artículos de primera calidad, pero no elaborados en los grandes centros de la moda
, sino por artesanos de la República Popular con costos de producción 10, 20 o 30 veces inferiores respecto del precio final de venta en países como Estados Unidos, Francia, Italia o Gran Bretaña, donde los dueños de las marcas se limitan a pegar su famosa etiqueta y cínicamente atribuirse la elaboración del finísimo
producto.
Uno de los protagonistas de esos videos explica que alrededor de 90 por ciento del precio final al consumidor las grandes firmas internacionales de lujo
lo justifican
porque los productos llevan su marca, que al final de cuentas es lo único que aportan, si no es que realidad las etiquetas también son made in China
, como muchos de los productos utilizados por Donald Trump en su campaña electoral para promover su llegada a la Casa Blanca y viralizar su lema Make America Great Again
.
Otro de los productores chinos que aparecen en el video pone un ejemplo concreto: una bolsa Birkin, de la marca francesa de lujo
Hermès: su costo de fabricación en China es de 28 mil pesos mexicanos (mil 400 dólares), pero el precio de venta final es de 760 mil pesos (38 mil dólares), es decir, una diferencia de 27 veces sólo por la etiqueta y el añadido (falso, desde luego) de made in France. Y en la lista de firmas famosas
también aparecen Louis Vuitton, Gucci, Dior, Balenciaga, Adidas, Nike, Reebok, Converse y otras tantas que producen en China, mientras en las grandes metrópolis los venden a un precio estratosférico.
Por ello, ante la guerra comercial desatada por Donald Trump en contra del gran dragón y su locura de escalar los aranceles hasta 245 por ciento, esos mismos productores han decidido vender directamente al consumidor que solicite los mismos productos de lujo
, pero a precio de fabricante, no de tienda gringa o europea.
Y como estos ejemplos hay muchísimos más, especialmente en el renglón tecnológico, en el que China avanza a pasos agigantados. Hasta el propio director ejecutivo de Apple, Tim Cook, reconoce que prácticamente el total de sus productos está fabricado en China, y no sólo por aprovechar la diferencia salarial (que resulta cada vez menor) entre Estados Unidos y el gigante asiático, sino por la calidad, habilidad, calificación y precisión de la mano de obra de la República Popular en la elaboración de artículos como los de la marca de la manzana, amén de que cuenta con una perfecta cadena de suministro de la que carecen los gringos.
Entonces, Apple se queda en China a menos, claro está, que asuma el desplome de sus ventas, porque si traslada su producción a Estados Unidos, como pretende Trump, sus precios se incrementarían de forma brutal, amén de que para esta empresa su segundo mercado en importancia es… el propio gigante asiático, donde, de cualquier suerte, la comercialización de teléfonos inteligentes marca Huawei ya superó a los del logotipo de la manzana.
Todo apunta a que la enloquecida guerra comercial desatada por Trump en contra de China de antemano está perdida por Estados Unidos: mientras este país priorizó la guerra, el intervencionismo, el robo a terceras naciones y la especulación financiera como ruta de crecimiento
y control internacional, dejando al garete su aparato productivo, la República Popular se dedicó a industrializarse, invertir, capacitar a su gente y producir tanto artículos de pésima calidad como aquellos de primerísimo nivel tecnológico que la ha colocado como súper potencia global.
Por ejemplo (información del Banco Mundial), de 2000 a 2024 el valor de su producto interno bruto se multiplicó por 15 y el PIB per cápita por 13. El máximo histórico, apunta el organismo financiero, se registró en 2021, con 18.9 por ciento de incremento. En el caso estadunidense, en igual periodo el valor de su PIB se multiplicó por dos. Entonces, hagan sus apuestas.
Las rebanadas del pastel
El espurio Daniel Noboa ya no sabe qué inventar para desviar la atención del fraude por él cometido. Bien lo denuncia la cancillería mexicana: recurre a una inescrupulosa narrativa
. Es una vergüenza para América Latina.
Twitter: @cafevega