las diferencias que nos acercan

Domingo 20 de abril de 2025, p. 5
Una obra que habla de la amistad, los secretos familiares y la importancia de nombrar lo que duele llegará al teatro El Granero Xavier Rojas, del Centro Cultural del Bosque. Se trata de Un no monstruo que no vuela, escrita por Sara Pinet, que se presenta sábados y domingos hasta el 15 de junio a las 12:30 horas.
Con una propuesta escénica híbrida que combina actuación, proyecciones audiovisuales, movimiento escénico, música e iluminación, la obra invita a niños y adultos a mirar con otros ojos los silencios familiares, las amistades entrañables y las decisiones difíciles que se esconden detrás de una puerta cerrada.
La historia parte de una situación inusual: un día, sin previo aviso, la mamá de Ele lleva a casa a un no monstruo que no vuela. A partir de ese momento, la vida de Ele da un giro inesperado. Junto con su mejor amiga, Be, emprenderá una aventura para descubrir los misterios que rodean la llegada de este ser terrorífico.
Es una obra que habla de la amistad, de la compañía, de las diferencias que nos acercan en lugar de alejarnos
, contó a La Jornada la directora Valentina Sierra. Nos la llevamos a los años 80, cuando nosotras éramos niñas. Somos cuatro amigas con más de 20 años de amistad; decidimos contar esta historia desde nuestras referencias, tocando temas como la inclusión, el amor sin prejuicios, y el daño que causan el silencio y los secretos en las familias
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El montaje es resultado de un equipo conformado completamente por mujeres, muchas de ellas, madres: Isabel Becerril (diseño de escenografía e iluminación), Ana J. Bellido (vestuario), Claudia Arellano Larrago (música original y diseño sonoro), Talía Loaria Millán (coreografías y movimiento escénico) y MariCarmen Núñez Utrilla, productora ejecutiva. Destacan las actuaciones de Sierra, Núñez Utrilla, Luz Elena Aranda y Ariesna González.
En entrevista por separado, MariCarmen Núñez Utrilla, comentó: queríamos contar esta historia desde nuestras vivencias, desde las maternidades, desde los monstruos que habitaron nuestras casas. Situarla en los años 80 fue una decisión política y emocional, así que nos unimos a la visión de Valentina, y a ensayar
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Destacó que durante el trabajo de mesa, cuando se leen los textos y se apropian de las palabras en el libreto, “nos enfrentamos a que somos una generación con muchos monstruos en casa: secretos que crecieron y viven detrás de las puertas, en otras ciudades, en lugares que ni siquiera sabemos dónde están… porque nunca nos dijeron. Ese momento del montaje fue confrontativo, y de ahí vino la decisión de situarla en la década de 1980”.
La puesta en escena, con coreografías, mucho movimiento y música original, incluye dos canciones compuestas por Claudia Arellano, –entre ellas Ciclo del agua– que acompañan a las protagonistas en su recorrido actoral. El resultado es un espectáculo vibrante y conmovedor, con momentos de humor que permiten al público reflexionar entre risas.
Divertirse no es evadir
, señaló Núñez Utrilla. Entre carcajadas puedes reflexionar sobre los secretos de la familia, la empatía, el valor. La obra busca conectarse desde la emoción y la honestidad
.
Sobre la respuesta del público a una primera temporada con Teatro UNAM, Núñez Utrilla comentó que, a pesar de que está pensada para mayores de ocho años, hemos tenido una buena respuesta del público; hay niños de cuatro años que se la pasan muy bien, porque es vistosa, estridente, y las niñas más grandes, en la adolescencia, reciben muy bien el mensaje
.
La directora Sierra subrayó que el desafío de una presentación como ésta es sacarla de los circuitos tradicionales: El gran reto es descentralizar. Estamos acostumbrados a crear y a presentarnos para el mismo público, pero queremos llevar la obra a lugares donde estos temas aún no se abordan con libertad
, señaló. Queremos llegar más lejos
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