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El Museo Tàpies entrelaza la obra del catalán con sus objetos personales

La muestra La imaginación del mundo recorre los rincones ocultos del proceso creativo del artista

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▲ La exposición consta de 50 obras y más de un centenar de objetos personales del artista. Aquí, Gossos, de Antoni Tàpies. (1948).Foto cortesía del museo
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 25 de marzo de 2025, p. 3

Madrid. El artista catalán Antoni Tàpies solía tener en un taller numerosos objetos que iba coleccionando, que en ocasiones le servían para incorporar a algún cuadro o escultura, o simplemente como fuente de inspiración. El Museo Tàpies de Barcelona inauguró la exposición Antoni Tàpies: La imaginación del mundo, en la que entrecruza la obra del artista catalán con esos objetos que construyeron en conjunto un imaginario novedoso y singular.

En la exposición se recorren a través de 50 obras y más de un centenar de objetos esos rincones ocultos del proceso creativo de Tàpies, que él mismo puso de manifiesto en un ensayo con el mismo título, La imaginación del mundo, incluido en el volumen El arte y sus lugares (1999), en el que también ahonda en el contexto visual que lo rodeaba y en cómo dialogaba con su obra, a través de un juego de miradas entre sus piezas, imágenes y objetos de su colección y una amplia selección de documentos de archivo y bibliográficos.

La muestra, que contó con la curaduría de Imma Prieto y Pablo Allepuz, directora y conservador del área de la colección del Museu Tàpies, respectivamente, busca relacionar de forma diáfana el imaginario y el contexto visual que el artista evoca a través de su obra con imágenes y objetos personales que coleccionó y con los que convivió y dialogó. También, con documentos de archivo y bibliográficos de sus primeros años creativos, que incluyen elementos de la cultura popular.

Según explicó Imma Prieto, directora del museo, tras un centenario en el que hemos podido disfrutar de una de las exposiciones más importantes sobre el artista, había que volver al origen y hacernos preguntas y hacérselas al legado con el propósito de abrir nuevos diálogos, y tener en cuenta las pistas que Tàpies dejó en sus escritos, tanto ensayísticos como biográficos. Volver a pensar en un sentido amplio la herencia surrealista.

El otro curador, Pablo Allepuz, explicó que se trata de un planteamiento posicionado entre lo autobiográfico y lo histórico, entre la crítica y el comisariado, en el que el discurso escrito se acompaña de una cuidada selección de imágenes que se organizan siguiendo una línea no jerárquica.

La exposición nos acerca a la dualidad existente en el inicio de la trayectoria del artista entre academicismo-realismo y las vanguardias. De ahí que se muestren tres retratos cerca del hiperrealismo firmados por Tàpies: Retrato de Josep Lluís Samaranch (1951); Retrato de Teresa (1953) y Retrato de Joan Brossa (1950- 1970), que se presentan junto con libretas inéditas de estudios y dibujos académicos de 1943 a 1944, y otros materiales de la época, como un ejemplar de la revista D’Ací i d’Allà, el número extraordinario de Navidad de 1934.

En otro apartado de la exposición se muestran obras de Tàpies sobre el cuerpo como paisaje y viceversa. Se trata de grandes imágenes con cuerpos no normativos en transformación en relación con la naturaleza y con las fuerzas telúricas, como manos que se convierten en raíces debido a corrientes magnéticas, animales o naturales, como apuntaba el mesmerismo o como recogió Edgar Allan Poe en algunos de sus relatos. Imágenes que invitan a mirar al mundo con nuevas perspectivas, detalló Prieto.

También incluye una selección de obras que apuntan al desarrollo posterior de su obra, como el inicio de las pinturas matéricas, cuando el artista se situó como uno de los más destacados representantes del informalismo. En los años 70, sus obras ya incluían objetos pobres y materiales de su entorno inmediato, como la pintura sobre objeto Taula capgirada (Mesa girada).

Pensar en el corpus de imágenes que habitan y rodean su creación artística nos acerca a una cosmogonía infinita e inasible. Pensar en el cosmos va de la mano de la vida humana, ideas, conceptos, entes, objetos, dudas y deseos. Antoni Tàpies siempre se interesó por el mundo y la creación en un sentido amplio y profundo, apuntó la directora del museo y cocuradora de la exposición.

La muestra ya se puede ver en el museo y estará abierta hasta el 21 de enero de 2026.