Mi intención con esta película es contar historias esperanzadoras: Valentina Leduc
Los sueños que compartimos se adentra en tres casos reales de resistencia comunitaria // El largometraje documental se estrena el 5 de abril en el Festival Ambulante


Viernes 21 de marzo de 2025, p. 7
En un panorama saturado por narrativas distópicas y apocalípticas, Valentina Leduc Navarro hace su debut como directora cinematográfica con un largometraje documental que apuesta a demostrar que un futuro mejor sí es posible.
Desarrollado de forma emotiva y conmovedora, Los sueños que compartimos retoma tres historias reales que dan cuenta de cómo la organización comunitaria puede hacer frente, y salir victoriosa, ante los inescrupulosos y destructivos embates del sistema capitalista que desean apropiarse de las tierras y los recursos naturales a toda costa.
Mi intención con esta película es contar historias esperanzadoras. Pienso que es muy importante en estos momentos poder también visibilizar relatos donde sí es posible cambiar las cosas, cambiar la realidad, porque estamos muy metidos en una crisis tan fuerte que nos provoca miedo, angustia, y eso nos aísla, separa, paraliza
, explicó la realizadora al final de la función de prensa de ese filme, que será estrenado el 5 de abril en el Festival Ambulante 2025, además de ser proyectado en diversas universidades públicas y privadas.
Une territorios, lenguas y luchas
Creo que también es importante aportar a la narrativa de la esperanza, entendida ésta como la posibilidad de cambio, no como un pensamiento positivo que, de alguna manera, a veces evita ver la crisis, sino la esperanza que asume la crisis y la enfrenta; ésa en donde hay posibilidad de soñar, de imaginar políticamente otro mundo, y en ese sentido poder caminar hacia él
.
Como ya se asentó en estas páginas (La Jornada, 19/3/25), el debut de Valentina Leduc como directora es un paso natural, al ser una reconocida editora, con una trayectoria que incluye cuatro premios y cinco nominaciones de la Academia Mexicana de Artes y CienciasCinematográficas.
En esta su ópera prima, filmada en más de 10 locaciones de México y Europa, traza una geografía de resistencias y esperanzas que une territorios, lenguas y luchas: desde los caracoles zapatistas en Chiapas hasta el pueblo de Lützerath, Alemania, donde un grupo de activistas medioambientales se organizaron para frenar la devastación provocada por la minería de carbón.
El periplo pasa por Froxán, en Galicia, España, donde la lucha por la reconquista de un bosque ancestral se opone al avance irracional de una industria papelera; y también por Puebla, México, donde pueblos de origen cholulteca han resistido y se han impuesto a una industria extractivista que los despojaba del agua, las tierras y la dignidad.
Con duración de una hora y 40 minutos, el documental está situado para efectos narrativos en un utópico 2050, si bien lo que plantea es una mirada retrospectiva a algunos de los momentos claves que hicieron posible un mundo mejor, un verdadero cambio mundial: el fortalecimiento de redes comunitarias, la articulación de resistencias alrededor del planeta y el cuidado colectivo de la vida.
El punto de partida y enlace entre cada una de esas tres historias es la gira Por la vida que en 2021 emprendió por diversos puntos de Europa una delegación del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), tanto vía marítima como aérea.
Los zapatistas, un ejemplo
Los zapatistas son un ejemplo, para mí y para todos esos movimientos
, indicó la cineasta. “Mucha gente los tenía y los tiene como una enseñanza, como un ejemplo. Llevan realmente 30 años de autonomía; es impresionante lo que han logrado dentro de sus comunidades en términos de salud y educación autónomas, que no tenían; de dejar de ser esclavos –como lo platican en la película–, de volverse dueños de sus vidas y decisiones”.
Cuenta Valentina Leduc que la manera en la que llegó a las historias que plasma en su cinta fue a partir de la citada gira del EZLN, en el caso de las dos relacionadas con Europa, porque de la de Puebla, dijo, fueron los propios integrantes de las comunidades los que se acercaron al equipo de producción.
Las historias tanto de Alemania como Galicia me parecieron muy importantes, porque ambas tienen que ver con proyectos iniciados por el fascismo: la mina de carbón la empezó Hitler y la industria papelera, Franco
, explicó.
Entonces, me parece que en estos momentos del mundo en el que estamos ahora es muy importante hablar de esos temas. O sea, el fascismo que ahorita está volviendo a aparecer, tiene este tipo de pensamiento. Una idea así de desarrollo
.
Destacó que algo muy bonito con los tres movimientos es que creamos relaciones muy íntimas con cada uno. Se hizo una cosa, de verdad, de mucha amistad y confianza
.
Resultado de cuatro años de trabajo, este largometraje contó con la fotografía de Juan Carlos Rulfo, música original de Leonardo Heiblum y Natalia Pérez Turner; y fue producido por figuras claves del cine nacional como Bertha Navarro, Alejandro Springall, Carolina Coppel, Eduardo Díaz Casanova y Mariana Castro, varios de los cuales asistieron a la función de prensa.
Realmente, es una película colectiva, hay mucho diálogo y aportación de todos. El cine es así, pero en este caso también hay una relación con los propios colectivos; antes de cerrar el corte, ellos los vieron, porque para mí era muy importante saber que estuvieran de acuerdo con lo que estábamos contando de sus movimientos. Así fue el proceso
, concluyó la cineasta.