
Viernes 21 de marzo de 2025, p. 3
La editorial Círculo de Poesía editó el libro Xochitlajtoli: Poesía contemporánea en lenguas originarias de México, coordinado por Martín Tonalmeyotl. La Jornada publica, con permiso del sello mexicano, algunos poemas reunidos por el editor y poeta difundidos a través de la página de la revista electrónica Círculo de Poesía (https://circulodepoesia.com/tag/xochitlajtoli/)
No me verás morir
No me verás morir
no podrás olvidarme
Soy tu madre
tu padre
la vieja palabra de tu abuelo
la costumbre de los tiempos
la lágrima que brota de un anciano sauce
la más triste de las ramas
perdida entre las hojas
No me verás morir
porque soy
un cesto de carrizo
donde aún se mueven las tenazas
del papá del camarón
el pescado que Dios comió
la serpiente que devoró un conejo
el conejo que siempre se burló del coyote
el coyote que tragó un panal de avispas
la miel que brota de mis senos
tu ombligo soy
y no me verás morir
Aunque creas que todos se han marchado
no me verás morir
Habrá una semilla
escondida entre los matorrales del camino
que a esta tierra ha de volver
y sembrará el futuro
y será alimento de nuestras almas
y renacerá nuestra palabra
y no me verás morir
porque seremos fuertes
porque seremos siempre vivos
porque nuestro canto será eterno
porque seremos nosotros y tu
y los hijos de nuestros hijos
y el temblor de la tierra
que sacudirá el mar
y seremos muchos corazones
aferrados a la esencia de los binnizá
y no me verás morir
no me verás morir
no me verás
morir
Irma Pineda
Nombro
Soy la mujer que guarda en su lengua
las palabras que mi madre nunca dijo.
Tengo el cabello largo que mis abuelas
quisieron trenzar en el monte de los rituales.
Soy la mujer que tiene hijas en su útero
que contaran mi historia,
la historia de las mujeres.
Yo voy a contar la historia de mi madre y de mi abuela,
De las espinas que se clavaron en su memoria
Del hambre que guardaron en su estómago,
De sus hijas que siempre callaron
Lo sus hijos que nunca escucharon
De las nietas que siempre soñaron
De los nietos que nunca nacieron.
Voy a contar de las flores que sembró mi madre,
Y del maíz que molió mí abuela.
Voy a decir que nací con las garras
que el abuelo jaguar, quiso heredar a un nieto.
Voy a decir que la sangre de las mujeres
es la que siempre se derramó
cuando se desangraron los hijos.
Que las piedras en el monte
Son la uñas que mi abuela enterró
En las noches sin luna.
Mi madre siempre esperó que yo
Pronunciara una palabra,
Y las palabras
Son una procesión en mi cabello.
Toda mi sangre guarda secretos
Todos los secretos son mi historia,
Mi historia dice tu nombre,
Tu nombre es una semilla y
Las semillas son el corazón de la tierra.
Araceli Tecolapa
Nueve
Bendigo el día de mi nacimiento
aquel septiembre lluvioso donde el Tzujsnäbajk
desbordó su memoria y me convirtió en niña
descendiente de Piogbachuwe
dueña de las montañas y del volcán Tzitzun
Bendigo a mi padre y a mi madre por haberme engendrado
pues aunque no nací en cuna de patricios
tuve mi propio reino
aquella fortaleza insomne donde una muchacha danzaba
en medio de las tempestades
Y tuve mis propios dioses que me enseñaron a blasfemar
en una lengua amordazada y herida
Esas son mis lindezas
esa mi esencia
ese mi trono que jamás nadie habrá de usurparme
Mikeas Sánchez