Las crónicas del Diablo. Capítulo 1: Operación Pulque, comedia que fusiona humor, historia y fantasía, se estrena hoy en el Teatro Xola Julio Prieto con una propuesta audaz que expande los límites del género.

Mediante personajes excéntricos y humor negro, la obra busca arrancar carcajadas y, al mismo tiempo, provocar una reflexión sobre las estructuras de poder, la religión y la historia mexicana, todo envuelto en una crítica social mordaz.

En entrevista con La Jornada, Hugo Serrano, director y creador del montaje, señaló: quisimos abordar temas que atraviesan la historia de México, pero desde una perspectiva irreverente. El pulque, como símbolo, no es sólo una bebida, sino un emblema cultural que nos permite hablar de temas como el poder, la lucha por el control y la relación entre lo sagrado y lo profano.

La trama se centra en un personaje tan intrigante como singular: el diablo. Lejos de ser el clásico antagonista, esta figura se infiltra en los círculos de poder de la época prehispánica, cuando el pulque, conocido como el néctar de los dioses, adquiere un poder simbólico y místico.

Con su presencia, la obra indaga en la continuidad y transformación del poder a lo largo de los siglos.

Cuando comenzamos a escribir la producción, queríamos crear una sátira que trascendiera la historia y tocara las fibras más humanas del espectador. Nuestra intención fue hablar de esos miedos, dudas y contradicciones que nos atraviesan a diario, pero con humor. Porque a veces las mejores reflexiones se disfrazan de risa, añadió el director.

El humor de la puesta en escena destaca por su acidez y carácter absurdo, lo que le otorga un toque distintivo. En ella, el diablo se presenta como un villano y a la vez representa los males estructurales que aquejan a la sociedad.

Para Serrano, el diablo no es el enemigo tradicional. Es una metáfora del poder corrupto que se oculta bajo la apariencia de lo sagrado. Buscamos mostrar cómo, a lo largo de la historia, los poderosos han utilizado los símbolos y las creencias para manipular a las masas, siempre justificándose con lo divino.

El uso de efectos especiales y proyecciones juega un papel esencial en la creación de la atmósfera mística y fantástica de la escenificación.

En palabras de Hugo Serrano, los personajes trascienden su papel en la trama y representan distintas facetas de la sociedad mexicana, sus mitos y creencias. Aunque cada uno tiene su propia historia, todas se conectan a través de un conflicto común: la lucha por el poder y la identidad.

Al principio, puede parecer una comedia sobre el pulque y el diablo, pero al profundizar nos damos cuenta de que hablamos sobre lo que significa ser humano: nuestras contradicciones, lo que hemos hecho con nuestra historia, comentó el director.

El humor tiene la capacidad de hacer que las personas cuestionen sin darse cuenta. La comedia puede ser un espejo distorsionado que, al ser observado con atención, revela la realidad detrás de lo absurdo.

Otro de los aspectos más interesantes de la obra es su capacidad para ofrecer una crítica sutil, pero contundente, al presente. Aunque está ambientada en tiempos prehispánicos, ésta no deja de cuestionar la realidad contemporánea.

Es un llamado a mirarnos con honestidad. ¿Qué significa ser un país que carga con su pasado, pero que sigue repitiendo sus errores? El ciclo se repite, pero tenemos la posibilidad de transformarlo, siempre que seamos conscientes de nuestra historia, reflexionó Serrano.

Al final, mi objetivo es que el público se divierta, pero que también se lleve algo más: una mirada crítica sobre el poder, la identidad y el rumbo de nuestra sociedad. Si conseguimos eso, habremos cumplido con lo que nos propusimos.

Las crónicas del Diablo. Capítulo 1: Operación Pulque se presentará los miércoles a las 20:30 horas en el Teatro Xola Julio Prieto (Eje 4 Sur 809, colonia Del Valle). La temporada concluye el 16 de abril.