Leo Corona, un pianista para la historia

romovido por la Sociedad de Ejecutantes (Eje), organización vinculada con el Sindicato Único de Trabajadores de la Música (SUTM), la Fonoteca Nacional y El Arcano, un espacio para la música
, el pasado 6 de marzo recibió un merecidísimo
homenaje el distinguido pianista veracruano Leonardo Corona. La ceremonia, llevada a cabo en el foro principal de la Fonoteca, a la que acudieron funcionarios de estas instituciones, compañeros músicos y público afín, sirvió para recordar y aplaudir a uno de nuestros referentes del jazz y la música popular mexicana, del que, además, se escuchó parte de su obra grabada “ insitu”en el antiguo bar de División del Norte y resguardada ahora en el fondo musical de la institución federal.
El momento, sobra decirlo, fue de nostalgia pura. El maestro Corona recordó parte de su biografía musical, asimismo a compañeros de andanzas y cómplices de proyectos mutuos. Dio fe de llevar alrededor de 63 años de ejercicio profesional con una entrega total
al instrumento de 88 teclas, el cual, dijo, sigue estudiando. “Muchos me dicen que lo domino a la perfección, pero yo considero que no, porque en principio al piano no se le domina (no es un animal salvaje), al piano se le estudia, se le debe estudiar siempre, es un instrumento muy complejo (…) Mi maestro Mario Ruiz Armengol me decía que al piano hay que respetarlo, hay que dialogar con él”.
En su accionar musical el maestro Leo Corona, nos cuenta en entrevista para La Jornada, ha recorrido un camino de constante aprendizaje. “Desde que salí de la academia y me integré a un trío con el que tocaba estándares de jazz en un lugar conocido como El Riguz Bar hasta mi llegada con el grupo Yazú, del maestro Rodolfo Popo Sánchez, al Bar Arcano, lo mío ha sido un cuesta arriba.
“Con Popo, en el Arcano hicimos mucha música. Ahí aprendí a leer a primera vista. El maestro Popo llegaba siempre con nuevas ideas a desarrollar, presentaba los temas, nos entregaba las partituras y de inmediato las estrenábamos. Ese rigor era el que necesitaba para avanzar musicalmente. En Arcano tuve la oportunidad de acompañar a cantantes de la talla de Óscar Chávez, Gualberto Castro, Patricia Carrión…, con ellos y otros más desarrollé esa habilidad, la de músico acompañante, que no es nada fácil”.
La noche de su homenaje escuchamos algunas de esas experiencias en el Arcano: estándares de jazz como Antropology, de Charlie Parker, con el cuarteto Las Canicas, integrado por Chilo Morán (trompeta), Víctor Ruiz Pazos (bajo) y Waldo Madera (batería); la balada Eso no es amor, de Carlos Tercero, con el grupo Yazú; los temas Ternura y Muchachita, del maestro Mario Ruiz Armengol, interpretados magistralmente por el ya desaparecido cantante Gualberto Castro; un homenaje a Armando Manzanero con Llévatela, y otro a Álvaro Carrillo, con La barquilla, ambos ejecutados por Jesús Sánchez Puebla al bajo, Manuel Cortés a la batería y Mariano Arano en las percusiones cubanas, bajo arreglos de Popo Sánchez.
En la programación de escucha se incluyeron también las danzas cubanas 1 y 9 de Mario Ruiz Armengol, a piano solo. Piezas que no son nada fáciles de abordar por el supremo concepto del manejo armónico. A ello me enfrenté con seriedad y dedicación
, nos dice Leo emocionado. Con Mayito tuve siempre una cercanía y un compromiso, mismo que mantengo a la fecha: sigo estudiando su obra y tratando de llevarla a escena con toda mi capacidad.
Asevera este virtuoso que desde niño tuvo el sueño de ser pianista y que a la fecha, tras haber consolidado ese sueño, sigue soñando. Un sueño que será completo ahora que obtenga la licenciatura en música por el Centro de Estudios Superiores en Música Popular del Estado de Veracruz. Algo que busca para tener un estatus de relevancia
en las agrupaciones musicales de la Universidad Veracruzana, como la Orquesta Sinfónica de Xalapa o la Orquesta Universitaria de Música Popular, de la cual es integrante desde 1999.
Para obtener la licenciatura, me cuenta, tendrá que entregar y defender seis composiciones propias, una de ellas, Decírtelo con música, la interpretó a piano solo la noche de su homenaje. Una balada suave, de tempo lento, muy compenetrada en su ejecución que él explica como “una suerte de reflexión intimista (…) Algo que pienso y siento, pero no puedo explicar con palabras”.
Los otros temas a entregar para su graduación como licenciado en música serán Asurcana, En el puerto, Ardalón, Kan kan ha, En Mallorca y Mirador, de lo que nos dice: “Mis composiciones son sencillas, no son tan elaboradas en el sentido de plantear grandes desarrollos armónicos o rítmicos. En la creación, parto más de lo interior-emocional, de lo que me viene de repente. Por lo mismo no las medito mucho. Cuando me llega una idea musical la escribo de inmediato, sin ningún objetivo específico. Quizá ya al terminarla le dé un destino”.
Durante la charla, en la que estuvo presente Paco Galindo, fundador del Bar Arcano, el maestro Corona me hizo entender con claridad y certeza que cuando hay entrega, inteligencia y personalidad musical, la tarea está hecha para perdurar.
Larga vida a Leonardo Corona, pianista.