l recordar al amigo tan cercano Arnulfo Aquino Casas, veo hacia la segunda mitad de la década de los 60, desde la ex Academia de San Carlos ENAP/UNAM. Nos conocimos en el ambiente de gran efervescencia de las juventudes de entonces. Él perteneció a la generación 65, yo ingresé en 1963. Aunque fuésemos de diferentes grupos a, b, o talleres libres, nos identificábamos por nuestras inquietudes políticas o las incipientes aspiraciones artísticas.

Aparte de los estudios académicos, emprendíamos las búsquedas formales por intuición. Resultaba necesario practicar la experimentación plástica y acepté participar en algunos estados y la capital del país con los del 65 en las exposiciones colectivas de pintura, dibujo o litografía.

El grabado en metal lo aprendimos con el maestro Francisco Moreno Capdevila, en mi caso, junto con el ahora excelente grabador y maestro Jesús Martínez. De pronto nos sorprendió el movimiento estudiantil de 1968. La escuela participó con la elaboración de la propaganda del CNH. Los alumnos acudíamos como delegados a las asambleas generales en el IPN Zacatenco o en Ciudad Universitaria. En ese sitio, Arnulfo y un servidor logramos escapar por Odontología, mientras incursionaba el Ejército a las instalaciones universitarias.

En el centro cuidábamos entre todos el edificio de la escuela y nos repartíamos las tareas. Él coordinaba la elaboración de mantas y pancartas. Otros hacíamos la imágenes para grabados en linóleo, madera o el estampado en serigrafía. Los activistas acordamos la rotación de delegados a las diversas reuniones.

Después del trágico 2 de octubre y de habernos visto en la Plaza de Tlatelolco, empezamos a juntar testimonios visuales de compañeros o gente del pueblo, quienes aportaron lo celosamente guardado: grabados, volantes, pegas, carteles o noticias recortadas de periódico, con la finalidad de contribuir a su difusión en diferentes centros educativos o publicaciones.

En los años 70 llegó el momento de poner en práctica lo asimilado. En el marco de las repercusiones sociales empezaron los cambios en los centros de educación superior. En 1972, Jesús Martínez me invitó a la formación del taller de artes plásticas del naciente Departamento de Difusión Cultural en la Universidad Autónoma de Puebla, a cargo del poeta Óscar Oliva. Al año siguiente, el crítico y escritor Emanuel Carballo continuó las iniciativas culturales de la combativa universidad. También se instalaron en Puebla Arnulfo Aquino, Rebeca Hidalgo y Eduardo Garduño. Con ellos formaríamos posteriormente el Grupo MIRA, junto con otros compañeros.

En ese tiempo se creó la Escuela Popular de Arte, en 1973-74. Arnulfo se ocupó de la enseñanza del cartel en serigrafía, como parte del diseño básico, durante un breve lapso muy productivo.

En la Ciudad de México cada quien se ubicó en alguna dependencia. Nuestro amigo empezó a laborar en la Escuela de Diseño del Instituto Nacional de Bellas Artes, contribuyendo a la profesionalización del diseño gráfico, más la producción propia y la colaboración en proyectos alternativos de la La Unión de Vecinos y Damnificados 19 de septiembre (UV y D-19) y la revista Zurda.

Durante el surgimiento de nuevas tendencias en el arte contemporáneo, con los colectivos o grupos, a finales de los años 70, impulsó con otros amigos de diversas especialidades la creación del Grupo MIRA. Me viene a la mente aquel 4 de febrero de 1980, cuando él y yo fuimos representantes en el simposio y exposición internacional Inter-Grafhic celebrados en Berlín de la entonces República Democrática Alemana, donde obtuvimos uno de los 10 premios. También el venezolano J. Rafael Soto fue galardonado. Después nos llevaron al estudio de Josep Renau.

En otra faceta de nuestra convivencia solidaria, los sesentayocheros fundamos el Comité 68 pro Libertades Democráticas. Nos entregamos completamente a las jornadas político-culturales, por iniciativa de Raúl Álvarez Garín, de Físico Matemáticas del IPN, legendario compañero de lucha de gran calidad humana, con quien profundizamos la concientización política y el conocimiento de la verdadera realidad de México. Esa travesía impregnó de significación nuestra existencia plena de vivencias gozosas y dolorosas del sector crítico de la comunidad.

*Artista activista del movimiento estudiantil del 68, integrante del Grupo Mira, maestro universitario, pintor y grabador